La retina es una capa muy fina de tejido que contiene células sensibles a la luz y que recubre la parte interior del ojo. Es similar a una tela donde se proyectan las imágenes. La luz que incide en la retina desencadena una serie de fenómenos químicos y eléctricos que finalmente se traducen en impulsos nerviosos que son enviados hacia el cerebro por el nervio óptico.
Podemos decir que la retina es la parte más importante del ojo, algo así como “el corazón del ojo” y por tanto los problemas de la retina pueden causar severas pérdidas de la visión o, incluso, ceguera. En algunos casos, la cirugía puede ser beneficiosa para tratar estas dolencias y, si se realiza en el momento justo, puede prevenir una seria pérdida de la visión.
Los problemas más frecuentes asociados a la retina son la Retinopatía Diabética y la Degeneración Macular Asociada a la Edad, el tratamiento de estas dolencias tiene altas tasas de éxito para frenar su desarrollo, y debe comenzar a realizarse cuanto antes.
Determinar el tiempo de estancia medio en nuestro país para una persona con problemas de retina es complicado ya que dependerá de cada caso, por eso nuestra recomendación es que deje la vuelta de su billete abierta. El primer día le realizaremos una revisión oftalmológica completa y, en función de sus características, se establecerá un tratamiento o incluso una intervención quirúrgica si así lo requiere su caso. Será su oftalmólogo el que le indique los pasos a seguir. Debe tener en cuenta también, que dependiendo de la patología y de su gravedad podrá requerir, de un mayor tiempo de estancia en nuestro país, y de revisiones posteriores periódicas.
The retina is a very thin layer of tissue that contains photosensitive cells and covers the inside of the eye. It is similar to a piece of fabric on which images are projected. The light that falls on the retina triggers a series of chemical and electrical phenomena which ultimately result in nerve impulses which are sent to the brain via the optic nerve.
We can say that the retina is the most important part of the eye – the heart of the eye – and therefore its problems may cause a severe loss of vision or even blindness. In some cases, surgery can help treat these disorders; if it is done at the right time, it may prevent a serious loss of sight.
The most common problems associated with the retina are diabetic retinopathy and age-related macular degeneration. The treatment of these ailments has a high success rate in stopping their development so it must be started as soon as possible.
It is hard to calculate the average stay in our country for a person with retinal problems since it is case-specific. Therefore, we recommend patients to purchase open tickets. The first day we will perform a full eye examination and according to your characteristics we will prescribe a course of treatment or, should you require it, surgery. Your ophthalmologist will tell you what steps you need to take. You must also keep in mind that, depending on your pathology and its severity, you might need to stay longer in our country and require subsequent checkups on periodic basis.
Las dos patologías más frecuentes de la retina son la retinopatía diabética y la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE).
Retinopatia diabética
El cuerpo de los pacientes con diabetes mellitus no utiliza ni almacena el azúcar de forma apropiada. El alto nivel de azúcar en la sangre puede dañar los vasos sanguíneos de la retina produciendo lo que se conoce como retinopatía diabética. Si la enfermedad se encuentra en un estado avanzado se pueden llegar a formar nuevos vasos sanguíneos y prolifera el tejido fibroso de la retina, lo que provoca un deterioro de la visión, ya que la imagen enviada al cerebro se vuelve borrosa. En los casos mas graves se producen sangrados intraoculares y desprendimiento de la retina lo que conduce finalmente a la ceguera.
Un examen médico con dilatación de pupila y a través de un oftalmoscopio es el único medio para detectar posibles enfermedades o alteraciones en el segmento posterior del ojo. Con frecuencia y realizando las pruebas necesarias, el oftalmólogo puede diagnosticar y tratar la retinopatía grave antes de que se manifiesten problemas en la vista.
Cuando el oftalmólogo diagnostica un caso de retinopatía diabética y para decidir qué tratamiento es el más adecuado, puede indicar la necesidad de realizar fotografías a color de la retina o una prueba especial denominada angiografía de fluoresceína. Para la realización de esta prueba diagnóstica, se debe inyectar un tinte a través de una de las venas del brazo, con el objetivo de tomar fotografías del ojo para detectar dónde se producen las posibles salidas de fluido.
Tratamiento
El mejor tratamiento para la retinopatía diabética consiste en prevenir su desarrollo a través de estrictos controles de los niveles de azúcar en la sangre para reducir, en la medida de lo posible, el riesgo a largo plazo de perder la vista. Si existen problemas renales o de hipertensión sanguínea también deberán ser tratados, así como niveles elevados de colesterol y triglicéridos en sangre.
La cirugía con rayos láser se emplea para evitar mayores pérdidas de vista. No es común que las personas con vista borrosa causada por un edema macular recobren la visión con dicha técnica, pero algunos pacientes experimentan una mejora parcial con este tratamiento. Los rayos láser no curan la retinopatía diabética y no siempre evitan una mayor pérdida visual. Actualmente con los nuevos tratamientos antiangiogénicos y los corticoides intravítreos de liberación lenta sí se consiguen mejoras más estables tanto en el edema macular diabético como en los casos de proliferación de neovasos.
La vitrectomía es una intervención microquirúrgica que se realiza en una sala de operaciones. Consiste en la retirada del vítreo que alberga restos sanguíneos y su recambio por una solución transparente que se reserva a los casos en los que existe sangrado intraocular y/o desprendimiento de retina.
Degeneración macular asociada a la edad (DMAE)
La DMAE es una enfermedad del ojo ocasionada por la degeneración, daño o deterioro del área macular, encargada de la visión central y de la agudeza visual, y que suele aparecer a partir de los 50 años. La mácula es una pequeña área de la retina que nos permite ver con claridad los detalles pequeños y finos. Cuando la mácula no funciona correctamente, el paciente experimenta vista nublada u oscuridad en la parte central de la visión. La degeneración macular afecta tanto a la visión cercana como a la visión lejana y puede provocar que algunas actividades, como enhebrar una aguja o leer, resulten difíciles o imposibles de realizar.
Podemos clasificar la DMAE en dos grandes grupos:
Degeneración macular seca: se debe al envejecimiento y adelgazamiento de los tejidos de la mácula y provoca alteraciones en el epitelio pigmentario (capa de células ubicadas en la parte exterior de la retina), que conducen a la destrucción de la mácula. Su evolución es lenta y su tratamiento consiste en la administración de fármacos antioxidantes específicos para la mácula que ralentizan su evolución.
Degeneración macular húmeda o exudativa: en aproximadamente un 10 a 30% de los pacientes con DMAE seca aparece una complicación denominada comúnmente degeneración macular húmeda. Ésta se produce al formarse vasos sanguíneos anormales (neovasos) en la parte posterior del ojo que dejan escapar fluido o sangre y que ocasionan que la visión central se vuelva borrosa. Los pacientes que sufren esta complicación suelen presentar un diagnóstico visual menos optimista que los que sólo tienen degeneración macular seca. De hecho, si no se toman medidas inmediatas, el paciente puede llegar a perder la agudeza visual de una forma rápida, en pocos meses.
Síntomas
La persona que padece DMAE puede comenzar a perder agudeza visual, sobre todo en la visión central. A los pacientes con DMAE les resulta muy difícil leer, no son capaces de percibir las formas definidas y ven las líneas torcidas. En definitiva, la Degeneración Macular Asociada a la Edad provoca una reducción de la calidad de vida del paciente afectando a su día a día.
Tratamiento
En el caso de los pacientes con DMAE seca el protocolo habitual es la toma de antioxidantes que ralentizan su progresión. En cuanto a la DMAE húmeda existen varios tratamientos y todos ellos están destinados a bloquear los neovasos y frenar su crecimiento.
El más habitual son las inyecciones intravítreas de antiangiogénicos. A través del uso intraocular de antiangiogénicos, se consigue inhibir una proteína que favorece la formación de los neovasos causantes de la destrucción irreversible de tejido visual de la mácula.
Resultados
Tanto en el caso de la retinopatía diabética como en el caso de la Degeneración Macular Asociada a la Edad, los tratamientos tienen altas tasas de éxito para frenar el desarrollo de la enfermedad, pero no la curan. En todo caso, debe ser el oftalmólogo el que decida qué tratamiento es el más adecuado para cada paciente y éste debe seguir de forma muy rigurosa las pautas que le marque el especialista.
The two most common retinal pathologies are diabetic retinopathy and aged-related macular degeneration (AMD).
Diabetic retinopathy
The body of patients suffering from diabetes mellitus does not use or store sugar correctly. A high sugar level in the blood can damage the blood vessels of the retina, causing what is known as diabetic retinopathy. If the illness is at an advanced stage, new blood vessels may form and the retina’s fibrous tissue proliferate, which leads to a deterioration of sight since the image sent to the brain becomes blurry. The most serious cases are characterised by intraocular bleeding and a detachment of the retina, which ultimately ends in blindness.
A medical examination of pupil dilation and through an ophthalmoscope is the only way to detect potential illnesses or alterations in the rear section of the eye. By frequently performing the necessary tests, an ophthalmologist can diagnose and treat severe retinopathy before any sight problems arise.
When the ophthalmologist diagnoses a case of diabetic retinopathy he may call for colour photographs of the retina to be taken or a special test called fluorescein angiography to be conducted in order to be able to determine which treatment is the most appropriate. To perform this diagnostic test, a dye must be injected through one of the veins in the arm so as to take photographs of the eye to detect potential fluid leaks.
Treatment
The best treatment for diabetic retinopathy is to prevent it from developing by strictly controlling blood sugar levels in order to reduce, insofar as possible, the risk of going blind in the long term. If the patient has kidney problems, high blood pressure or high blood cholesterol or triglyceride levels, he will also have to receive treatment for them.
Laser surgery is used to prevent greater losses of sight. It is uncommon that people with blurry vision brought about by a macular oedema recover their sight with said technique, but some patients experience a partial improvement. Laser does not cure diabetic retinopathy and not always prevents a greater loss of sight. With current antiangiogenic agents and slow-release intravitreal corticoids more stable improvements are achieved for both diabetic macular oedema and cases of neovascular proliferation.
Vitrectomy is a microsurgical procedure that takes place in an operating theatre. It consists in the removal of the vitreous humour with blood remnants and its replacement with a transparent solution reserved for cases of intraocular bleeding and/or detached retina.
Age-related macular degeneration (AMD) is an eye condition caused by the degeneration, damage or deterioration of the macular area in charge of central vision and visual acuity which usually affects adults older than 50. The macula is a small area of the retina which allows us to clearly see small, fine details. When the macula stops working properly, the patient experiences blurry vision or darkness in the centre of the visual field. Macular degeneration affects both near vision and far vision and may make it difficult or impossible altogether to carry out some activities such as threading a needle or reading.
AMD can be divided into two large groups:
Dry macular degeneration: it is due to the ageing and thinning of the tissues of the macula and causes alterations in the pigment epithelium (the cell layer located on the outer portion of the retina), which leads to the destruction of the macula. It evolves slowly and is treated with macula-specific antioxidant drugs that slow it down.
Wet or exudative macular degeneration: approximately 10-30 percent of patients with dry AMD experience a complication known as wet macular degeneration. It happens when abnormal blood vessels (neovessels) start forming in the rear portion of the eye and leak fluid or blood, which blurs the central vision. Patient suffering from this complication usually have a more sober visual diagnosis than patients with only dry macular degeneration. In fact, if immediate action is not taken, the patient may quickly lose his visual acuity in a matter of months.
Symptoms:
A person suffering from AMD may start to lose visual acuity, particularly in the centre of the visual field. Patients with AMD find it hard ato read, are incapable of distinguishing shapes and see lines bent. In short, age-related macular degeneration causes a marked drop in the patient’s quality of life and affects his everyday life.
Treatment:
In the case of patients suffering from dry AMD the usual protocol is to take antioxidants to slow down its progress. As for wet AMD, there are several treatments which are all aimed at blocking the proliferation of neovessels and slow their growth.
The most common treatment is the intravitreal injection of antiangiogenic agents. With the intraocular use of antiangiogenics it is possible to inhibit a protein that promotes the formation of the neovessels which are behind the irreversible destruction of the macula’s visual tissue.
Results:
The treatments for both diabetic retinopathy and age-related macular degeneration have high success rates in slowing down the illness but do not cure it. In any case, the ophthalmologist will decide which treatment is the most appropriate for each patient, who must strictly follow the indications given to him by the specialist.
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