Durante la operación con Técnicas de Superficie (PRK/Lasek) se siguen los siguientes pasos:
La operación con estos procedimientos dura aproximadamente 10 minutos y, al igual que la técnica LASIK, se lleva a cabo con anestesia tópica (gotas).
La mejoría de la visión cuando el cirujano ha aplicado una de estas técnicas será progresiva, pero los resultados visuales serán similares a los que se consiguen con la cirugía láser a través de la técnica Lasik.
Estas técnicas quirúrgicas (PRK/Lasek) ofrecen múltiples beneficios desde el punto de vista del paciente que quiere liberarse de las gafas:
Son técnicas de cirugía refractiva con láser poco agresivas.
Tras la operación con Lasek o PRK, se consigue una muy buena calidad visual.
Se pueden corregir graduaciones altas en córneas relativamente finas.
Están aconsejadas para personas que practican deportes de contacto.
Las Técnicas de Superficie (PRK/Lasek) se suelen aplicar en los siguientes casos, aunque todo dependerá de las características de cada persona, que deben ser analizadas por el médico en la clínica durante una primera consulta preoperatoria:
En pacientes con poco grosor corneal para el problema refractivo que padecen.
En pacientes con tendencia a padecer ojo seco.
En el caso de deportistas profesionales o personas que practiquen deportes de contacto.
Y otros casos por indicación del especialista.
La cirugía PRK (photorefractive keratectomy) fue aprobada por la FDA en el año 1995 y desde entonces millones de personas han dicho adiós a las gafas y lentillas gracias a este procedimiento de cirugía refractiva láser.
La principal diferencia entre la operación con la técnica PRK y la técnica Lasek es que en esta última se vuelve a situar en su lugar el epitelio, que es la parte de la córnea que se retira para aplicar el láser Excímer.
A diferencia de con la técnica Lasik, en las operaciones con las Técnicas de Superficie (PRK/Lasek) no se crea un flap corneal, sino que se retira la zona central del epitelio de la córnea para aplicar el láser con el objetivo de corregir las dioptrías de los problemas visuales (miopía, hipermetropía y/o astigmatismo) y eliminar la dependencia de las gafas y lentillas.
Durante la primera consulta preoperatoria el oftalmólogo valora multitud de factores, entre otros, el problema visual que padece el paciente, su graduación en dioptrías, el estado de su córnea o su fondo de ojo.
Además, analizará sus antecedentes familiares, criterios personales (estilo de vida, puesto de trabajo…) y otros factores.
Teniendo en cuenta todos esos elementos, decidirá qué tratamiento es más adecuado.
Por lo tanto, es una decisión que el médico adopta de forma personalizada para cada persona y para cada ojo.
La principal diferencia entre estos dos procedimientos desde el punto de vista técnico es la vía de abordaje de la cirugía.
La elección de la técnica adecuada para cada persona se realiza en base a las propiedades del ojo del paciente y a otras consideraciones evaluadas por el oftalmólogo a través de las pruebas que realizamos durante la primera consulta preoperatoria.
Ninguna de estas técnicas puede considerarse mejor que la otra, ya que cada una de ellas se emplea en casos distintos.
Ambos procedimientos siguen estando vigentes y ofrecen excelentes resultados.
Después de una cirugía con Técnicas de Superficie (PRK/Lasek), el paciente sale de la clínica por su propio pie con la suficiente visión como para caminar y desplazarse, aunque con los ojos levemente irritados y/o llorosos. Puede sentir molestias, y llevará una lente de contacto terapéutica para promover la cicatrización del epitelio.
Al día siguiente verá mucho mejor y, dependiendo del defecto tratado y de la magnitud del mismo, la mejoría visual será progresiva, en días.
Sin embargo, será a partir de la retirada de la lente de contacto, durante una revisión en la clínica, cuando comience a percibir la mejoría. Como ocurre en la mayor parte de las operaciones, a medida que vayan pasando los días, el paciente alcanzará la recuperación de la visión adecuada a su caso.