Las manifestaciones clínicas de las membranas dependen de:
Pueden variar desde ausencia de síntomas a:
Las membranas epirretinianas se forman porque, en la superficie de la retina, crecen células que segregan colágeno y células con capacidad contráctil. El resultado es un tejido fibroso que crece en la superficie de la retina y tira de ella.
Las membranas epirretinianas se pueden clasificar en función de sus causas.
La membrana puede aparecer en un paciente sano, sin más evidencia de una enfermedad intraocular que la aparición de un desprendimiento de vítreo, un problema visual muy frecuente vinculado a la enfermedad y que no suele ser grave.
También se pueden encontrar membranas epirretinianas secundarias a otras enfermedades como:
Además de por sus causas, las membranas epirretinianas se pueden clasificar en función del estadio o grado en el que se encuentran, de acuerdo con los resultados del examen del fondo de ojo realizado por el oftalmólogo:
La herramienta esencial para el diagnóstico de las membranas epirretinianas es la tomografía de coherencia óptica (OCT) porque con ella se puede identificar con precisión cualquier cambio en la superficie de la retina o en alguna de sus capas.
Gracias a la OCT se pueden diagnosticar algunas alteraciones del fondo de ojo que causan las membranas, como agujeros lamelares (agujero de espesor parcial de la retina) o pseudoagujeros maculares (falsos agujeros).
En los casos incipientes, debe hacerse seguimiento semestral o anual en función de la evolución de la enfermedad. Este seguimiento debe incluir:
Todas estas pruebas permitirán detectar y evaluar posibles cambios en la membrana que pueden provocar el deterioro progresivo de la agudeza visual.
En las formas idiopáticas (cuando la enfermedad surge sin causa que la justifique), los factores de riesgo conocidos asociados con la membrana epirretiniana son:
El tratamiento consiste en la realización de una cirugía vitreorretiniana llamada vitrectomía, que permite acceder a la parte posterior del ojo y extraer la membrana.
Los objetivos de esta cirugía son:
En este caso, la mejor forma de prevenir que la membrana epirretiniana afecte a la visión del paciente es detectarla precozmente mediante revisiones oftalmológicas que deben ser especialmente frecuentes y minuciosas en pacientes:
De esta forma, el especialista en oftalmología, apoyándose en pruebas diagnósticas de última generación, vigilará la evolución de la patología para valorar la posible necesidad de tratamiento.