La trombosis ocular o infarto en el ojo se produce cuando un pequeño émbolo o trombo se desprende de las cavidades del corazón o de las arterias carótidas y se mueve por el torrente sanguíneo llegando a la arteria oftálmica y tapando total o parcialmente el paso de sangre en algunas de las venas o arterias de la retina. Las venas y arterias de los ojos son muy estrechas, por lo que el riesgo de taponamiento es mayor que en otras partes del cuerpo.
Dependiendo de los vasos sanguíneos a los que afecte la oclusión podemos hablar de:
Las manifestaciones clínicas o síntomas dependen de la vena o arteria del ojo en la que se haya producido la obstrucción y/o la isquemia y serán más importantes:
Entre los síntomas que se pueden producir destacan:
La trombosis ocular es más frecuente entre los pacientes que presentan:
El oftalmólogo, al revisar el fondo de ojo, verá la presencia de edema de la retina y/o hemorragias, más extensas cuanto mayor sea el vaso ocluido.
Para su estudio se realizará una angiografía fluoresceínica con el objetivo de conocer el estado de la circulación de la retina y se empleará la OCT (Tomografía de Coherencia Óptica) como método de cuantificación de la cantidad de edema de la retina.
El tratamiento dependerá del tipo de trombosis ocular que haya sufrido el paciente y de las venas o arterias que se hayan visto afectadas.
En estos casos, no existe un tratamiento 100% efectivo para disolver o desplazar el émbolo y la pérdida visual suele ser permanente.
El médico se centrará en detectar el origen del émbolo y descartar daños en otros órganos vitales, como el corazón o el cerebro.
El tratamiento está orientado a atajar las complicaciones que pudieran producirse:
Por último, en algunas ocasiones, y dependiendo de los factores que hayan provocado la oclusión, el oftalmólogo puede decidir prescribir fármacos que mejoran la circulación y que disminuyen la coagulación de la sangre.
Además, se deben tratar siempre las enfermedades sistémicas asociadas cuando las haya.
La aparición de oclusiones venosas o arteriales de la retina suele estar relacionada con una mala circulación sanguínea y todos los factores que la provocan. Por esta razón, para prevenir la aparición de este problema visual y evitar complicaciones, es esencial mantener unos hábitos de vida saludables que ayuden a mejorar el funcionamiento del sistema circulatorio:
En líneas generales las obstrucciones venosas son más frecuentes que las arteriales, especialmente aquellas que afectan a las ramas de la red venosa (ORV).
En los últimos años han surgido una serie de tratamientos, como los medicamentos antiangiogénicos, que han supuesto un gran avance y que permiten estabilizar y minimizar las consecuencias de las oclusiones y de otras patologías oculares en la mayor parte de los pacientes.
El factor de riesgo más importante relacionado con las oclusiones es la arterioloesclerosis, una enfermedad vascular que afecta a las arterias pequeñas y arteriolas, como las que se encuentran en la retina. Esta arterioloesclerosis provoca un aumento de la rigidez de las arterias que ejercen más presión sobre las venas en las zonas en las que se cruzan, precipitándose así la aparición de trombos.
Este problema vascular se puede ver agravado por:
Además de la arterioloesclerosis, existen otros factores de riesgo relacionados con las oclusiones venosas o arteriales de la retina:
Las complicaciones de las oclusiones van desde la acumulación de líquido en la mácula (edema macular) hasta la formación de neovasos, una serie de vasos sanguíneos que aparecen para nutrir a aquella parte de la retina que se queda sin aporte de oxígeno tras la oclusión. Estos neovasos, al no tener las características anatómicas adecuadas, pueden provocar un aumento de la presión intraocular, sangrado e, incluso, desprendimiento de retina.
Todas estas complicaciones pueden llegar a afectar seriamente a la agudeza visual del paciente.
La recuperación visual del paciente que ha sufrido una trombosis ocular dependerá del grado de daño macular y de la gravedad del edema macular que haya provocado el infarto.