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Entropión ocular: ¿qué es?

El entropión es una de las malposiciones de los párpados más comunes junto al ectropión y la ptosis palpebral. Este problema se caracteriza porque el borde o margen del párpado se pliega en dirección a la superficie del globo ocular. En el caso del ectropión, el párpado se pliega en dirección contraria a la superficie del ojo.

¿Cuáles son las causas del entropión ocular?

La aparición del entropión puede deberse a diferentes motivos:

  • Debido al debilitamiento o relajación de los músculos que rodean el ojo como consecuencia del proceso normal de envejecimiento. En este caso, se suele hablar de entropión involutivo o entropión senil. Este es el tipo más frecuente.
  • Debido a una parálisis del nervio facial.
  • Debido a una contracción del músculo orbicular. En este caso se suele hablar de entropión espasmódico o espástico.
  • Debido a un traumatismo.
  • Debido a un proceso de cicatrización tras una quemadura con productos químicos o alguna otra enfermedad que provoque inflamación infecciosa o no infecciosa, como el tracoma, que es una inflamación de la conjuntiva causada por una bacteria y que constituye la principal causa de ceguera infecciosa en el mundo. En este caso, se suele hablar de entropión cicatricial.

Es poco común que el entropión se deba a malformaciones congénitas y en los bebés rara vez provoca problemas graves, más allá de síntomas como el enrojecimiento, la irritación o el lagrimeo, ya que sus pestañas no suelen ser fuertes y, por lo tanto, no es habitual que lesionen la córnea.

Ojo normal y ojo con entropión

Tipos de entropión

Existen diferentes tipos de entropión que se clasifican en función de su etiología, es decir, de las causas por las que se producen. Los principales tipos son:

  • Entropión congénito. Es aquel que viene originado por un factor genético y se presenta desde el nacimiento.
  • Entropión involutivo o senil. Es el más común y se produce debido al envejecimiento de las estructuras oculares, lo que lleva a que los músculos que dan movilidad al párpado dejen de funcionar como antes. Además, la piel de los párpados se va estirando poco a poco y al párpado le cuesta más cumplir su función.
  • Entropión cicatricial. En este caso, el problema aparece porque se ha producido un proceso de cicatrización en el borde de las pestañas que ha llevado a una rotación de la parte interna del párpado. La cicatrización puede tener un origen inflamatorio, autoinmune, infeccioso, quirúrgico, traumático o medicamentoso.
  • Entropión espástico. Puede estar provocado cualquiera de las causas que genera un entropión, especialmente cuando este origen es infeccioso o inflamatorio. En este caso las pestañas rozan de manera directa la córnea cuando se produce una contracción espasmódica del músculo orbicular de los párpados (el que causa el cierre debido a un fuerte dolor ocular.

¿Cuáles son sus síntomas?

El entropión suele afectar, sobre todo, al párpado inferior de tal manera que el borde del párpado e, incluso, las pestañas ejercen fricción sobre la córnea y la conjuntiva (la membrana que recubre la superficie interna del párpado y la parte blanca del globo ocular).

Esta fricción puede llegar a causar síntomas como:

  • Irritación y sensación de tener algo en el ojo.
  • Fotofobia.
  • Lagrimeo excesivo.
  • Secreción mucosa, legañas y costras en los párpados.
  • Dolor.
  • Enrojecimiento.
  • Deterioro visual.

Si el entropión no se trata a tiempo puede causar una pérdida permanente de visión debido a las lesiones sobre la córnea que son potencialmente muy graves:

  • Abrasiones corneales.
  • Úlceras corneales.
  • Cicatrices corneales.
  • Infecciones oculares.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico del entropión, al igual que el de otras malposiciones palpebrales, se basa en los síntomas que provocan y en los resultados de un examen ocular rutinario y de una exploración física realizados por el oftalmólogo.

En este caso, el especialista pondrá especial interés en el examen de los párpados y de su movimiento para valorar:

  • La posición exacta del párpado respecto al ojo.
  • El tono y tensión del párpado.
  • Su elasticidad.

¿Qué tratamientos existen?

A la hora de indicar un posible tratamiento para el entropión es importante determinar la causa que lo ha provocado.

  • En los casos leves, es habitual que el oftalmólogo recomiende utilizar un tratamiento mediante colirios o pomadas lubricantes para paliar los síntomas antes de optar por el procedimiento quirúrgico.
  • En los casos moderados y severos normalmente se opta por un procedimiento quirúrgico mediante el que el especialista en oftalmología coloca los párpados en la posición correcta.
    Aunque existen diferentes técnicas de cirugía que se aplicarán en función del origen del problema, esta cirugía suele ser ambulatoria (sin ingreso) y se realiza con anestesia local (raras veces con anestesia general).
    • Si el entropión está relacionado con la edad, el cirujano puede tensar los tendones y músculos afectados extirpando una pequeña parte del párpado inferior para colocarlo en su posición habitual.
    • En otros casos, únicamente se emplean suturas para recolocar el párpado y no se realiza ningún tipo de incisión.
    • Por último, en el caso de que el entropión esté provocado por un traumatismo o por cirugías previas, se puede realizar un injerto de membrana mucosa utilizando tejido de la boca o de las fosas nasales.

¿Se puede prevenir?

Por regla general, el entropión no se puede prevenir porque suele estar asociado a los procesos de envejecimiento. No obstante, sí debe ser tratado de forma precoz para evitar problemas secundarios en la córnea como úlceras o cicatrices.

Si el paciente presenta síntomas y vive o ha visitado un lugar en el que es frecuente el tracoma, debe acudir a un oftalmólogo para tratar esta infección bacteriana antes de que se presenten complicaciones y se produzcan daños en el párpado.

¿Qué diferencia al entropión de la triquiasis?

Es importante no confundir el entropión con una posible triquiasis, que es una alteración en el proceso de formación de las pestañas, que crecen de forma anómala en dirección al ojo. En el caso de la triquiasis, el borde palpebral tiene una posición normal (no existe malposición), pero sí existe roce de las pestañas sobre el globo ocular.