Las distrofias corneales son un grupo de trastornos oculares raros y de origen genético que provocan cambios en la córnea, la membrana transparente que se encuentra en la parte anterior del globo ocular, sin que se produzca inflamación ni infección.
Las principales características de las distrofias corneales son:
Existen más de 20 tipos distintos de distrofias corneales que se clasifican según la capa de la córnea que se vea afectada por la patología.
La córnea tiene seis capas (de la más externa a la más interna):
Los principales tipos de distrofias corneales anteriores son:
Los principales tipos de distrofias corneales estromales son:
Los principales tipos de distrofias corneales posteriores son:
Cada uno de los tipos de distrofias corneales presenta unos síntomas diferentes.
Las distrofias corneales están asociadas a una alteración genética que provoca un mal funcionamiento metabólico en algunas capas de la córnea.
Esta alteración genética suele tener un carácter hereditario, por lo que tener antecedentes de la enfermedad en la familia es un factor de riesgo.
No se han relacionado las distrofias con factores ambientales o enfermedades sistémicas.
Es importante que antes de la consulta con el oftalmólogo el paciente con una distrofia corneal o en el que existe sospecha de la enfermedad anote las preguntas que le quiere realizar al especialista, por ejemplo:
Para realizar el diagnóstico, el oftalmólogo:
El tratamiento de las distrofias corneales dependerá de:
No requieren tratamiento, pero sí un seguimiento con controles periódicos por parte del oftalmólogo para vigilar la evolución de la enfermedad.
Las erosiones corneales recurrentes provocadas por las distrofias corneales se pueden tratar con:
Cuando las distrofias corneales provocan síntomas graves, puede llegar a ser necesario un trasplante de córnea o queratoplastia.
En la actualidad, además de los trasplantes totales, se están realizando trasplantes de córnea parciales o trasplantes lamelares. Estos procedimientos consisten en extraer exclusivamente el tejido corneal dañado, preservando el resto del tejido de la córnea del paciente si está sano, y reemplazarlo por el tejido sano de la córnea de un donante. De esta forma se minimizan los riesgos, tanto durante la cirugía como de un posterior rechazo, y se acelera la recuperación visual.
Por lo tanto, cuando la pérdida de visión es importante y está provocada por la acumulación de materiales o sustancias anómalas en el estroma corneal, se puede optar por:
Cuando se produce la acumulación de líquido en la córnea por el mal funcionamiento de las células endoteliales, el oftalmólogo optará como primera opción por colirios y pomadas hiperosmolares.
Si la disminución de la agudeza visual progresa y afecta a la vida diaria del paciente, se puede realizar:
Hasta el momento no existe ningún medio efectivo para prevenir las distrofias corneales.
Si sospechas que tienes algún tipo de distrofia corneal, pide tu cita con un oftalmólogo. En algunos casos, ese oftalmólogo te puede remitir a un oftalmólogo especializado en enfermedades de la córnea.
En los últimos años el principal objetivo de las investigaciones sobre distrofias corneales es encontrar tratamientos que eviten el trasplante de córnea en los casos más avanzados.
Entre otros estudios, se están realizando tratamientos que consisten en el implante de células madre en el estroma corneal para permitir la regeneración del tejido. De e esta forma se podría evitar que la enfermedad progrese y mejorar la calidad de vida de los pacientes sin necesidad de cirugía.