Xeroftalmia: causas, síntomas y tratamiento
La xeroftalmia o queratoconjuntivitis seca es un problema de los ojos que implica que la lágrima que estos producen es insuficiente o de mala calidad. En consecuencia esto implica que los ojos no estén correctamente lubricados, lo que genera en los pacientes escozor y molestias a la hora de soportar la abundante luz. En resumen, se produce una sequedad excesiva en la conjuntiva y en la córnea.
Índice
¿Qué es la xeroftalmia?
La xeroftalmia es un problema de los ojos que está causado por una cantidad o calidad de lágrima insuficiente. Es decir, el ojo produce menos lágrima (o lo hace con una composición que no es la adecuada) como para poder lubricar correctamente su superficie.
¿Por qué se produce la xeroftalmia?
Las causas de la xeroftalmia pueden ser diversas. Por un lado, esta puede deberse simplemente a un mal funcionamiento de las glándulas lagrimales, que no son capaces de producir lágrima en la cantidad y composición adecuada para las necesidades del ojo.
Esto se puede incrementar en determinados ambientes, como pueden ser espacios muy secos. Esto implica una elevada evaporación de la lágrima en la superficie del ojo, lo que implica que se produzca esta sequedad e incapacidad para lubricarlo correctamente.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que esta sequedad ocular puede ser consecuencia de permanecer mucho tiempo con los ojos abiertos (por ejemplo, en el caso de las personas que al dormir no cierran completamente los ojos) o a un parpadeo insuficiente (por ejemplo, en el caso de permanecer mucho tiempo delante de la pantalla del ordenador).
¿Cuáles son los síntomas más comunes?
Los síntomas habituales que denotan que existe un problema de sequedad en el ojo son los siguientes:
- Picor o quemazón en el ojo.
- Sensación de tener arena o un cuerpo extraño en el ojo.
- Enrojecimiento del ojo.
- Sensación de tirantez o sequedad ocular.
- Sensación de presión detrás del ojo.
- Molestia o sensibilidad a la luz brillante o a los ambientes muy luminosos.
¿Cuáles son los tratamientos más habituales?
Los tratamientos habituales para tratar la xeroftalmia son los siguientes:
- Lágrimas artificiales: Las lágrimas artificiales se aplican directamente sobre la superficie del ojo por vía oftálmica. Se trata de un medicamento que imita la composición de la lágrima natural y que permite complementar a esta cuando es insuficiente. De esta manera, se consigue corregir el déficit de calidad o cantidad de lágrima.
- Colirios específicos: En el caso de que la xeroftalmia esté asociada a una enfermedad de otro tipo, es posible que el tratamiento se complemente con el uso de colirios que constituyan medicamentos más específicos. Por ejemplo, esto suele suceder en el caso de que la xeroftalmia esté vinculada a enfermedades de tipo reumatoide, en cuyo caso es habitual el uso de colirios de ciclosporina.
- Obstrucción del punto lagrimal. Otro de los tratamientos que se pueden usar para tratar la xeroftalmia es la obstrucción del punto lagrimal. Esto se hace mediante la colocación de un pequeño parche que, al evitar que la lágrima evacúe del ojo, consigue que permanezca más tiempo en su superficie.
¿Qué es bueno para la sequedad de los ojos?
Más allá de los problemas de xeroftalmia, hay que tener en cuenta que el ojo seco es uno de los problemas oculares más habituales. En este sentido, es importante preservar una serie de hábitos que nos ayudan a lubricar e hidratar correctamente el ojo en todo momento.
Por un lado, es muy importante parpadear lo suficiente. Lo más recomendable sería hacerlo cada 10 segundos por lo menos. Es especialmente importante recordar esto cuando se están utilizando pantallas, ya que la frecuencia del parpadeo desciende con su utilización y esto implica mayor sequedad ocular. Además, también es muy importante descansar con frecuencia cuando se están utilizando todo tipo de pantallas.
Asimismo, también es muy importante proteger correctamente los ojos, sobre todo en los ambientes más agresivos. Hay que utilizar gafas de sol en exteriores y evitar lugares donde la calidad del aire no sea la adecuada (presencia de polvo, polen, humo, calefacción, aire acondicionado, etc.).
Finalmente, hay que recordar que el uso de lágrimas artificiales está recomendado en todos los casos en los que se presenten molestias oculares a causa de falta de lubricación. Por ello, es muy recomendable tenerlas siempre a mano y hacer uso de las mismas ante los primeros síntomas de sequedad ocular.
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