La parte blanca del ojo se llama esclerótica

La esclerótica o esclera es la parte blanca del ojo que cubre la mayor parte del exterior del globo ocular. Su papel es clave para garantizar el buen funcionamiento de la visión y la protección del resto de estructuras oculares.

En este artículo te descubrimos las principales características y funciones de la esclerótica, así como las enfermedades que pueden afectar a esta parte del ojo.

¿Qué es la esclerótica o parte blanca del ojo?

La esclerótica es una membrana blanca, gruesa, fibrosa, opaca y flexible que constituye la capa exterior del globo ocular.

Se extiende desde la córnea hasta la parte posterior del ojo, llegando al nervio óptico. De esta forma, solo es visible una pequeña porción de la esclerótica anterior.

Está formada por tres capas:

• Epiesclera. Es la capa más externa de la esclerótica. Facilita el deslizamiento del globo ocular con las estructuras anexas (párpados, cavidad ocular…).
• Fibrosa. Es la capa media de la esclerótica y está compuesta por fibras de colágeno que aportan resistencia a esta estructura.
• Fusca. Es la capa más interna de la esclerótica y contiene abundantes vasos que alimentan el globo ocular de sangre y oxígeno. Está compuesta de fibras de colágeno y de células pigmentadas o melanocitos que absorben la luz para que no se refleje en el interior del ojo.

¿Cuáles son sus principales funciones?

Las principales funciones de la esclerótica son:

• Proteger al ojo y a sus estructuras internas de eventuales laceraciones o roturas debidas a traumatismos externos.
• Contener la presión dentro del ojo y darle forma. Esta función también depende de la tensión intraocular.
• Es el punto de unión de los músculos extraoculares que controlan el movimiento de los ojos.

¿Cuáles son las características de la parte blanca del ojo?

A continuación, detallamos las principales características de la esclerótica:

• Está formada por colágeno, que se presenta en pequeñas fibras que cubren toda la superficie de la esclerótica en distintas direcciones, lo que provoca que el tejido de esta zona sea irregular y opaco.
• Estas pequeñas fibras de colágeno que forman la esclerótica son similares a las que componen la córnea.
  • En la córnea, las fibras están organizadas en láminas y capas, lo que hace que sea clara.
  • En la esclerótica, las fibras están organizadas aleatoriamente.
• Tiene un grosor de entre 0,3 mm. y 1,0 mm. aproximadamente.
• Recubre, más o menos, las cuatro quintas partes del ojo.
• Por detrás está perforada por el nervio óptico y por delante se adapta a la córnea a través de una línea que se conoce como limbo esclerocorneal.
• Este tejido cuenta con un alto contenido de agua, cercano al 68%.
• En su parte frontal se junta con la membrana conjuntiva, que es de carácter mucoso y cubre el interior del ojo, extendiéndose por toda la córnea.
• La esclera es relativamente inactiva desde el punto de vista metabólico y recibe un suministro de sangre limitado únicamente a través de la epiesclera y de la coroides subyacente. Algunos vasos sanguíneos pasan a través de la esclerótica hacia otros tejidos, pero la esclerótica en sí misma se considera avascular (es decir, carente de vasos sanguíneos).

¿Cuál es el principal síntoma de un problema en la esclerótica?

Las principales patologías que afectan a la esclerótica son de carácter inflamatorio, por esta razón, la inflamación es el principal síntoma que nos advierte de que la parte blanca del ojo puede no estar bien.

Estos son algunos síntomas que pueden asociarse a esta inflamación:

• Hinchazón.
• Enrojecimiento.
• Cambio de coloración.
• Sensibilidad.
• Dolor.

A partir de ahí, es necesaria una exploración por parte del especialista para determinar a qué tipo de anomalía nos estamos enfrentando y cómo tratarla.

¿Cuáles son las enfermedades más frecuentes relacionadas con la esclerótica?

La esclerótica, como cualquier otra parte de la zona ocular, puede sufrir problemas, anomalías innatas, degeneraciones, traumatismos y lesiones irreversibles provocadas por sustancias o productos químicos.

Sin embargo, existen tres tipos de problemas de la esclerótica bastante comunes en los pacientes. Veamos de qué se tratan y cuáles son sus características.

Escleritis

Es un trastorno que consiste en la inflamación grave y crónica de la parte blanca del ojo y, en casi todos los casos, aparece por causas subyacentes, es decir, por enfermedades que se localizan en otra parte del cuerpo. Entre estas enfermedades podemos destacar la artritis reumatoide y el lupus heritematoso sistémico. La mitad de los casos de escleritis tienen una causa desconocida.

Sus principales síntomas son:

• Dolor moderado o intenso. Este dolor suele ser constante y lo suficientemente intenso como para afectar al sueño y reducir el apetito.
• Hiperemia ocular (aumento de la irrigación de sangre en el ojo).
• Lagrimeo.
• Fotofobia extrema.
• Visión borrosa o disminuida.

Existen dos tipos de escleritis:

• La escleritis anterior, que ataca las primeras capas de la esclerótica.
• La escleritis posterior, que es la menos común de las dos y afecta a la zona posterior del ojo.

La escleritis anterior y la posterior se pueden desarrollar de manera conjunta.

En raras ocasiones, la escleritis puede ser tan grave que cause la formación de un orificio en el globo ocular (perforación) y lleve a la pérdida del ojo.

Melanocitosis escleral

Consiste en una hiperpigmentación del tracto uveal. Es decir, el fondo blanco adquiere una coloración oscura que incluso puede llegar a afectar al iris. Las manchas pueden ser azules, grises o marrones en función de la ubicación de los melanocitos, que son los causantes de esta hiperpigmentación.

La melanocitosis también puede afectar a los párpados y a la boca y su presencia puede ser indicativa de un mayor riesgo de padecer glaucoma o un melanoma ocular.

Epiescleritis

Al igual que la escleritis, se trata de una inflamación en la parte blanca del ojo, aunque en este caso se localiza en la epiesclera, es decir, en la capa más externa de la esclerótica, que se encuentra entre la propia esclerótica y la conjuntiva (la membrana que recubre el párpado y esta parte blanca del ojo).

Sus principales síntomas son:

• Enrojecimiento de la parte anterior del ojo.
• Hinchazón.
• Lagrimeo permanente.
• Sensación de irritación.
• Dolor.
• Fotofobia moderada.

Es menos grave que la escleritis y suele desaparecer después de una semana, aunque puede volver a presentarse.

La causa exacta de la aparición de la epiescleritis se desconoce, pero suele asociarse a alguna de estas enfermedades:

• Sífilis.
• Tuberculosis.
• Herpes zóster.
• Artritis reumatoide.

¿Es siempre blanca la esclerótica?

El característico color blanco de la esclerótica significa normalidad, siendo este el color que tiene y debe tener cuando no existe ninguna enfermedad o anomalía que provoque un cambio de color.

Son varias las patologías, en ocasiones no relacionadas directamente con la vista, que tienen entre sus síntomas el cambio de color de la esclerótica.

Enfermedades hepáticas

El aumento de los niveles de bilirrubina en la sangre por un mal funcionamiento del hígado debido a enfermedades como la cirrosis, la hepatitis o algunos tumores provoca que la esclerótica se vuelva de color amarillo.

Algunas de estas enfermedades son potencialmente graves, por lo que es muy importante que ante un signo de este tipo acudamos al médico de inmediato.

Conjuntivitis y ojo seco

En algunos casos, estos problemas oculares, que normalmente son de carácter leve y pasajero, provocan que la esclerótica adquiera un color rosa o rojo pálido.

Hematomas

Los hematomas provocan manchas rojas en el interior del ojo, aunque este color también puede estar causado por una escleritis.

Enfermedades congénitas

Algunas patologías hereditarias o congénitas, que por otra parte son muy poco frecuentes, pueden provocar que el blanco de la esclerótica se transforme en azulado o gris.

Exceso de hierro

La acumulación de hierro en el organismo puede provocar la aparición de manchas marrones en la esclerótica.

La esclerótica es tan importante como el iris, la córnea, la pupila u otras partes del globo ocular, por eso debemos vigilarla y tratarla en el caso de que se produzca algún problema.

¿Es posible prevenir enfermedades de la esclerótica?

En general, y como hemos visto, las principales patologías que afectan a la esclerótica tienen un carácter inflamatorio y están asociadas a otros problemas de salud, sobre todo a enfermedades sistémicas, como la artritis reumatoide. Por lo tanto, para prevenir este tipo de problemas en la esclerótica es conveniente tener controladas estas enfermedades subyacentes, siguiendo las indicaciones de los médicos.

Por otro lado, es importante proteger la esclerótica de traumatismos:

• Usando gafas de seguridad al practicar deportes de contacto o si trabajamos en entornos donde se puedan producir golpes en los ojos.
• Usando gafas de sol para proteger los ojos del daño solar, el viento y la suciedad.
• Lavándonos las manos antes de tocarnos los ojos para prevenir infecciones.

¿Cuándo acudir al oftalmólogo?

Es importante acudir al oftalmólogo cuando se detecten las primeras manifestaciones de problemas oculares como la escleritis, ya que ésta es una enfermedad potencialmente peligrosa.

Debemos buscar atención médica si aparece alguno de los siguientes síntomas:

• Visión borrosa o pérdida de visión.
• Hinchazón en el globo ocular.
• Enrojecimiento ocular o cambios en el color de la esclerótica.
• Dolor o sensibilidad en el ojo.
• Secreciones (líquido o pus que sale del ojo).

Fuentes

• Wikipedia – Esclerótica
• Medline Plus – Epiescleritis
• MSD Manuals – Escleritis