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Bye bye gafas con Cirugía Refractiva

¿Sabes cuántas veces parpadeamos al día?

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Ni te imaginas cuántas veces parpadeamos al día. Lo cierto es que la función del parpadeo es básica para la salud de nuestros ojos y es una tarea que generalmente realizamos de forma inconsciente, aunque también la podemos controlar. Sigue leyendo y te contamos más sobre este tema.

¿Cuántas veces parpadeamos al día?

A pesar de que indudablemente son muchas, no creas que no hemos contabilizado cuántas veces parpadeamos al día. De hecho, se estima que son precisos unos 15.000 parpadeos diarios para garantizar el nivel de humedad que necesita la córnea para mantener su óptimo estado. Esto supone que parpadeamos, aproximadamente, entre 15 y 20 veces por minuto.

¿Cuáles son las funciones de parpadeo?

Los párpados son la parte de la piel que recubre el ojo. Parpadear no es otra cosa que mover esa parte de piel para que permita o no que el ojo quede expuesto al exterior y, de esta forma, poder ver o no ver lo que tenemos delante.

En principio, podría parecer mucho más sencillo que el ojo estuviera siempre expuesto y, de esta forma, siempre podríamos ver. Sin embargo, es precisamente aquí donde los párpados cumplen una triple función que explica por qué parpadeamos.

Lubricación

Al parpadear contribuimos a extender de forma homogénea la lágrima que lubrica nuestros ojos. De esta forma, se suministran nutrientes a las estructuras oculares, dado que la córnea carece de vasos sanguíneos que realicen esta función.

Cuando no se produce suficiente lágrima o esta no tiene la calidad adecuada para mantener una lubricación correcta es normal sentir síntomas como escozor o picor en los ojos.

En estos casos es muy probable que se trate de un problema de ojo seco.

Existen diferentes alternativas para el tratamiento de este problema, pero una de las primeras soluciones por la que se suele optar es la aplicación de lágrimas artificiales como complemento a la lubricación natural del ojo.

Limpieza

Los párpados cumplen una función de limpieza que complementa a la función de lubricación que aportan al extender la lágrima.

En este sentido, los párpados funcionan de la misma forma que lo hacen los limpiaparabrisas de un coche. Cada vez que se mueven, recorren toda la superficie expuesta y, de esta forma, arrastran cualquier resto de suciedad, desechos y depósitos que se haya podido acumular.

Protección

Además de lubricar y limpiar nuestros ojos, los párpados sirven para protegernos de cualquier cuerpo extraño que pueda introducirse en el globo ocular o del exceso de luz.

Descanso cerebral

Se ha comprobado, que el parpadeo también contribuye a ofrecer descanso a ciertas áreas del cerebro. Parece ser que el cerebro disminuye la activación de los núcleos visuales durante las pocas décimas de segundo en las que parpadeamos, cosa que, además, nos ayuda a organizar la información visual.

Mujer con los ojos cerrados

¿Por qué el parpadeo es un movimiento semiinvoluntario?

El parpadeo es un movimiento que realizamos de manera automática, sin que tengamos que pensar constantemente en abrir y cerrar los ojos. Sin embargo, en realidad, se trata de un movimiento semiautomático. Es decir, lo realizamos de forma automática, pero tenemos capacidad de controlarlo si queremos, igual que sucede con la respiración, pero no como ocurre con los latidos del corazón.

El hecho de que sea un movimiento semiinvoluntario está relacionado con la propia naturaleza de los párpados y con sus funciones:

  • Deben moverse automáticamente para mantener hidratada, limpia y protegida la superficie ocular.
  • Debemos tener control sobre el acto reflejo del parpadeo para asegurarnos otras funciones, como poder cerrar los ojos cuando vemos que algo puede entrar en ellos, cuando nos bañamos en el mar, cuando queremos descansarlos, cuando hace mucho viento… Y también cuando queremos tenerlos abiertos de forma voluntaria, como sucede cuando algo llama mucho nuestra atención.

¿Cuántas veces parpadeamos frente al ordenador?

No obstante, en ocasiones parece que nos olvidamos de parpadear, pues cuando estamos delante de un dispositivo electrónico la frecuencia de parpadeo se reduce a 5 veces por minuto. En cambio, mientras mantenemos una conversación con alguien lo hacemos 22 veces. También al leer desciende la frecuencia hasta las 15 o 20 veces al minuto. Curiosamente, se ha estudiado que este parpadeo coincide con las comas y los puntos empleados en el texto.

Dicho esto, parece obvio que las pantallas de nuestros dispositivos son una de las principales causas del síndrome del ojo seco (SOS). No en vano, el parpadeo se considera el mejor antídoto contra el mencionado síndrome. Se estima que este problema afecta a uno de cada cuatro adultos españoles.

Dicho problema no es baladí, pues genera múltiples molestias como irritación, fatiga ocular, sequedad y sensación de quemazón. Además, se ha convertido, a día de hoy, en la consulta más habitual que se plantea a los oftalmólogos.

Las pantallas digitales y el ojo seco

Es evidente que si reducimos el parpadeo nuestro ojo empezará a acusar la falta de hidratación y ello, por supuesto, esto acarrea consecuencias.

Para colmo, esa ausencia de parpadeo ocasiona que el ojo deje de hidratarse con esas lágrimas que lo protegían de virus y bacterias quedando a merced de irritaciones, alergias y conjuntivitis.

Actualmente, incluso los niños empiezan a presentar problemas vinculados a este síndrome debido a un uso intensivo de pantallas de móviles, tabletas y videojuegos.

Ojo seco y ojo normal

¿Cómo mitigar los efectos del ojo seco?

Por suerte, existen una serie de pautas que pueden ayudarnos a parpadear más y, por lo tanto, lubricar convenientemente el ojo.

  • El empleo de lágrimas artificiales.
  • Descansos periódicos.
  • Una posición ergonómica frente al ordenador.
  • Un aparato humidificador para crear un microambiente húmedo mientras estamos frente a la pantalla.
  • Forzar el parpadeo de forma consciente con cierta frecuencia.

Fuentes



 

Autor

  • CLÍNICA BAVIERA

    Con más de 30 años de experiencia, Clínica Baviera es uno de los centros de referencia en oftalmología en Europa. Su equipo médico está organizado en unidades especializadas (Unidad de Cirugía Refractiva, de Presbicia, de Cataratas, de Retina, de Oftalmología Pediátrica y Estrabismo, de Glaucoma, de Córnea, de Cirugía Plástica Ocular, de Ojo Seco y de Neuroftalmología) en las que ofrece un servicio integral para el tratamiento de los problemas y enfermedades oculares.

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