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Bye bye gafas con Cirugía Refractiva

Lentes o gafas progresivas: problemas, qué son y para qué sirven

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Cuando una persona con miopía, hipermetropía o astigmatismo empieza a tener problemas de presbicia o vista cansada, es posible que se plantee el uso de gafas progresivas. Sin duda, este tipo de gafas tienen la gran ventaja de que pueden adaptarse a diferentes distancias de enfoque. De esta forma, el usuario puede llegar a tener una buena visión tanto de los objetos cercanos, como de los que se encuentran a media o a larga distancia. Sin embargo, estas gafas también pueden provocar algunos problemas relacionados con la necesidad de adaptarse a su uso. 

¿Qué son las gafas progresivas y qué utilidad tienen?

Las gafas progresivas son gafas diseñadas especialmente para las personas que tienen presbicia o vista cansada.

La presbicia es un problema visual que surge con la edad, especialmente a partir de los 45 años, y va en aumento hasta los 65 años aproximadamente. Consiste en que el cristalino, la lente natural del ojo que ayuda a enfocar los objetos, va perdiendo progresivamente su elasticidad y, con ello, su capacidad de adaptarse para ofrecer diferentes enfoques.

En este momento surgen dos posibilidades:

  • El paciente que veía bien de lejos y de cerca, comienza a ver mal de cerca y a necesitar gafas o lentillas.
  • El paciente que veía bien de cerca pero mal de lejos, en un determinado momento comienza a ver mal también de cerca. La solución más tradicional a este problema era contar con dos pares de gafas (unas para ver de cerca y otras para ver de lejos).

Las gafas progresivas solucionan ambas situaciones al contar con cristales que disponen de dos graduaciones.

¿Cómo funcionan las gafas progresivas?

Los cristales de las gafas progresivas tienen tres zonas de visión para ofrecer una imagen nítida a todas las distancias:

  • Zona de visión lejana. Se encuentra en la parte superior de las lentes y es específica para la visión lejana. Permite ver a partir de los 3 o 4 metros de distancia.
  • Zona de visión intermedia. Se encuentra en la parte central de los cristales, funciona como una zona de progresión entre la visión de cerca y la de lejos y se utiliza para ver a distancias intermedias, como al trabajar con un ordenador o al mirar el salpicadero del coche. Permite ver desde los 40 cm a los 3-4 metros.
  • Zona de visión cercana. Se encuentra en la parte inferior de las lentes y se utiliza para ver de cerca. Ofrece una visión clara en las distancias inferiores a 35-40 cm.

La transición entre estas diferentes áreas de visión es gradual y no hay una marcada división entre ellas, como sí ocurre en las gafas bifocales.

Como la presbicia o vista cansada es prácticamente inevitable a partir de los 45 o 50 años, prácticamente todas las personas que tienen un defecto refractivo como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, en algún momento van a necesitar unas gafas o lentillas progresivas, con el fin de poder ver bien desde todas las distancias. De lo contrario, se van a ver obligados a estar cambiando de gafas constantemente.  

Muestra de gafas

¿Qué tipos de lentes progresivas existen?

Existe una gran variedad de cristales progresivos, pero básicamente podemos distinguir entre los siguientes:

Cristales personalizados

  • Se diseñan a medida para cada graduación y para cada montura. Además, se tiene en cuanta la forma de mover los ojos de cada persona.
  • Ofrecen un alto grado de calidad y confort en la visión.
  • Garantizan el mayor campo de visión posible para cada distancia.
  • Son ideales para personas con exigencias visuales altas y que necesitan usar las gafas muchas horas al día.

Cristales semipersonalizados

  • Se diseñan a medida para cada graduación y para cada montura, pero no se tiene en cuenta la forma de mover los ojos de cada persona.
  • Tienen un campo de visión útil amplio, aunque algo menor que el que ofrecen los cristales personalizados.
  • También son ideales para personas con exigencias visuales altas y que necesitan usar las gafas durante muchas horas.

Cristales de gama media

  • Son de buena calidad, pero no permiten un diseño personalizado.
  • Son útiles para un uso no intensivo.
  • Se ofrecen por un presupuesto ajustado.

Cristales de gama baja

  • Son progresivos baratos de diseños más antiguos.
  • Permiten una calidad de visión aceptable, pero no ideal.

¿Qué cristales elegir?

Es importante consultar con el óptico-optometrista para elegir unos cristales progresivos adecuados a cada persona.

Para ello debemos tener en cuenta:

  • Qué uso les vamos a dar a las gafas.
  • Cuántas horas al día las vamos a utilizar.
  • Cuáles son nuestras exigencias visuales.
  • Con qué presupuesto contamos.

¿Para qué personas están recomendadas las gafas progresivas?

Las gafas progresivas están pensadas para personas que tienen o están empezando a tener presbicia o vista cansada pero que, además, también presentan otros problemas visuales, como miopía, hipermetropía o astigmatismo.

Cuando el paciente que desarrolla presbicia o vista cansada también cuenta con otros problemas de visión, es necesario adecuar las gafas para que pueda ver bien, tanto en las distancias cortas como en las medias y en las largas.

En estos casos es cuando las gafas progresivas están más recomendadas, ya que permiten introducir diferentes graduaciones en el mismo cristal. Además, el paciente las podrá utilizar en cualquier ocasión y sin necesidad de llevar consigo un par de gafas para ver de lejos y otras para ver de cerca.

¿Qué diferencias existen entre las gafas progresivas y las bifocales?

Tanto las gafas progresivas como las gafas bifocales las utilizan las personas que necesitan corregir su visión de cerca y de lejos. Sin embargo, entre ellas existen algunas diferencias.

Gafas progresivas

  • Ofrecen una visión cercana, intermedia y lejana. Permiten ver a todas las distancias sin tener que cambiar de gafas.
  • La transición entre la zona de visión cercana y la zona de visión lejana es gradual.
  • Son más naturales de usar y más discretas.

Gafas bifocales

  • Tienen dos zonas de visión claramente definidas: una zona de visión cercana en la parte inferior del cristal y una zona de visión lejana en la parte superior del cristal.
  • Esta división o línea de demarcación suele ser visible.
  • Son más incómodas para ciertas personas.

Principales ventajas de las gafas progresivas

  • La principal ventaja de las gafas progresivas es que permiten a la persona que las usa tener que utilizar un solo par de gafas en lugar de dos, ya que con las mismas gafas puede ver correctamente tanto de cerca como de lejos.
  • Tienen la ventaja de que se adaptan perfectamente a las diferentes necesidades de cada paciente, así como a los diferentes problemas de visión que puedan padecer, por lo que son la mejor solución para pacientes que tienen presbicia y otros problemas del ojo al mismo tiempo.
  • Son menos evidentes que las gafas bifocales. Las gafas progresivas tienen una transición gradual entre las diferentes zonas de visión, por lo que son menos evidentes que las gafas bifocales, que tienen una línea visible.
  • Se adaptan perfectamente a las actividades que requieren visión intermedia, como conducir o trabajar en un ordenador, lo que las convierte en las gafas ideales para las personas que realizan estas actividades con frecuencia.

¿Cuáles son los problemas de las gafas progresivas?

Los principales problemas que generan las gafas progresivas para los usuarios son:

  • Necesitan de un tiempo de adaptación. Este no es fijo y depende mucho de cada usuario, pudiendo ir de solamente unas horas a varias semanas. De hecho, es justamente en este punto en el que las opiniones sobre las gafas progresivas son diversas, ya que hay personas que se acostumbran enseguida y se sienten muy cómodas con ellas, y otras que terminan volviendo a usar los dos pares de gafas antiguas porque no se acostumbran al uso de los cristales progresivos.
  • Hay que tener paciencia para acostumbrarse a mirar por la parte superior o inferior de los cristales, según la distancia a la que estamos enfocando.
  • Es muy importante que las gafas estén muy bien graduadas, cualquier desajuste en la graduación, por pequeño que sea, puede provocar problemas de visión o de adaptación.
  • Durante el periodo de adaptación se pueden sufrir pequeños mareos.
  • Hay que tener especial cuidado al subir y bajar escalones, ya que se puede perder la perspectiva y sufrir alguna caída.
  • Algunas personas se han quejado de molestias en las cervicales por la posición que adoptan al trabajar con un ordenador (visión media) con las lentes progresivas.
  • El campo de visión lateral que ofrecen es bastante reducido, por lo que es importante no usar la visión periférica, es decir, tratar de no mirar por el rabillo del ojo, lo que puede ser complicado a la hora de conducir.
  • Los cristales de las gafas progresivas son bastante caros en comparación con las gafas que tienen una sola graduación.

En algunas ocasiones, las gafas progresivas están contraindicadas en estos casos:

  • Estrabismo.
  • Agudeza visual muy baja en uno de los dos ojos.
  • Agudeza visual muy baja en ambos ojos.
  • Personas con problemas de campo visual.
  • Personas con problemas de movilidad o lesiones cervicales.

Cirugía refractiva: la alternativa a las gafas progresivas

Más allá de las opiniones sobre las gafas progresivas, hay que tener en cuenta que el uso de estas gafas no es la única solución disponible para corregir la presbicia.

Además del uso de las lentillas progresivas, la otra alternativa más común al respecto es la operación de presbicia, que consiste en una operación similar a las que se pueden realizar para corregir otros problemas visuales, como la miopía o la hipermetropía, pero, en este caso, adaptado a la presbicia o vista cansada.

Existen diferentes formas de realizar esta operación:

  1. Una de las técnicas consiste en operar con láser uno de los ojos para que uno enfoque de cerca y otro de lejos. De esta forma, el paciente se pueden acostumbrar a usar cada uno de los ojos dependiendo de la distancia a la que quiera enfocar, lo que suele resultar más cómodo que el uso de los cristales progresivos, en la mayoría de los casos.
  2. La otra técnica es similar a la que se realiza para corregir las cataratas y consiste en la sustitución del cristalino por una lente intraocular multifocal.

Para saber si un paciente es apto o no para este tipo de operación y qué tipo de técnica es más adecuada para él, el oftalmólogo deberá realizar previamente las pruebas pertinentes en cada caso.

Fuentes



 

Autor

  • Dr. Fernando Llovet

    El Dr. Fernando Llovet es oftalmólogo especialista en cirugía refractiva, cirugía de la presbicia y cataratas. Además, es co-fundador de Clínica Baviera. Desarrolla su labor asistencial en Clínica Baviera Madrid y Clínica Baviera Valencia.

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