La operación de estrabismo es una de las alternativas de tratamiento de este problema oftalmológico. Consiste en un realineamiento de la desviación que padecen los ojos para conseguir que esta no sea estéticamente aparente.
Pero, debemos tener en cuenta que el estrabismo, además de tener una consecuencia estética puede tener una consecuencia visual y ambas deben ser tratadas.
La principal alteración visual que provoca esta enfermedad es producto del estrabismo infantil y es la ambliopía u ojo vago.
Este defecto que afecta a la visión binocular debe corregirse durante la llamada época de plasticidad cerebral (antes de los 8 años aproximadamente) y para ello se utilizan diversas alternativas de tratamiento entre las que se encuentran:
Estos tratamientos habitualmente no curan el estrabismo, sino que solo permiten abordar la alteración visual que este provoca, y, por tanto, no hacen disminuir la desviación y el problema estético.
Existen dos opciones para la corrección de la consecuencia estética del estrabismo, la desviación:
La utilización de una u otra técnica dependerá:
En general, los especialistas en oftalmología emplean la toxina botulínica en estrabismos convergentes con pacientes de menos de 4 años que sufren desviaciones no muy grandes y sin componente vertical asociado.
En el resto de los casos, la opción suele ser la operación, independientemente de si el paciente es un niño o un adulto.
Debemos tener en cuenta que normalmente siempre se busca una mejoría estética, independientemente de otros factores.
En el caso del estrabismo, la operación quirúrgica sólo es necesaria si una vez corregidos los defectos ópticos (con gafas) y la ambliopía (con parches o con cualquier otra opción) persiste la desviación ocular.
La mayoría de las veces, a través de estos procedimientos se consigue una mejoría notable desde el punto de vista estético, aunque no debemos olvidar que el estrabismo no es sólo una desviación de los ojos, sino que también suele tener consecuencias funcionales sobre la visión. Estos problemas requieren un seguimiento y un tratamiento independientemente de las prácticas quirúrgicas desde el punto de vista del alineamiento.
La mayor parte de los pacientes operados suelen obtener una mejora significativa.
Ocasionalmente, la cirugía es parcialmente exitosa o el paciente vuelve a percibir cambios en el alineamiento ocular pasado un tiempo. De hecho, alrededor de un 20% de todos los tipos de estrabismo (de más a menos complejos) pueden requerir ser reintervenidos. Esto no implica un fracaso de la intervención, sino que es algo inherente a la propia patología.
En estos casos el oftalmólogo puede indicar la necesidad de realizar una cirugía adicional como cura para el estrabismo.
Ninguna intervención quirúrgica está exenta de riesgos. En este caso, debemos tener en cuenta:
Estos riesgos son poco frecuentes, especialmente cuando la operación la realizan oftalmólogos especializados.
Variarán mucho dependiendo del tipo de anestesia que se emplee:
Para valorar estos riesgos será necesaria la presencia de un médico anestesista acostumbrado al manejo de este tipo de intervenciones y a este tipo de pacientes, ya que en ocasiones se realiza en niños pequeños.