¿Tienes los ojos secos al despertar?
Si sueles despertarte con ojo seco, esto puede ser un síntoma de que sufres un problema visual conocido como síndrome de ojo seco.
Presentar ojos secos al despertar también puede estar relacionado con el simple hecho de que, al dormir, movemos menos los ojos. Lo que hace que la lágrima se distribuya peor por la superficie ocular.
Sin embargo, si estas molestias continúan a lo largo del día, es muy probable que sufras síndrome de ojo seco, por lo que es importante complementar la lágrima natural con lágrimas artificiales.
Sigue leyendo y te damos todas las claves que debes conocer al respecto.
Índice
¿Cuáles son las causas de los ojos secos al despertar?
Las causas de tener los ojos secos al despertar son las mismas que producen el síndrome del ojo seco en cualquier situación. No obstante, hay que tener en cuenta que, mientras dormimos, el párpado permanece quieto, por lo que, si no contamos con la lágrima suficiente, esta puede tener más dificultades para lubricar el ojo en su conjunto.
Existen ciertas situaciones en las que la sequedad ocular se puede agravar. En este sentido, algunas de las causas más comunes o factores de riesgo para presentar ojos secos al despertar son las siguientes:
- Abusar de las pantallas (por ejemplo, justo antes de irnos a dormir).
- Estar en ambientes especialmente secos (puede ser por el uso de la calefacción o del aire acondicionado). Esto provoca que las lágrimas se evaporen con más rapidez, lo que empeora los síntomas.
- Cambios hormonales (sobre todo, en el caso de mujeres que se encuentran en la menopausia).
- Trastornos o enfermedades autoinmunes que pueden hacer que se reduzca la producción de la lágrima natural del ojo, como la artritis reumatoide o el síndrome de Sjögren.
- Polución o contaminación del aire.
- Ambientes con la atmósfera muy cargada.
- Ambientes con humo o polvo.
- Hacer un mal uso de las lentes de contacto.
- Factores genéticos (algunas personas producen más lágrimas de forma natural que otras).
¿Cuáles son los síntomas de tener ojos secos al despertar?
Los síntomas más habituales del síndrome de ojo seco al despertar son los siguientes:
- Enrojecimiento de la parte blanca del ojo.
- Sensación de tener algo punzante o molesto en el ojo.
- Sensación de ardor o picor en el ojo.
- Sensación de abrasión en el ojo.
- Dificultad para abrir los párpados.
- Sensibilidad a la luz o fotofobia.
- Visión borrosa.
- Mucosidad fibrosa cerca del ojo.
Estos síntomas suelen desaparecer o reducirse después de levantarse. Sobre todo, si nos aplicamos algún tipo de lubricación o hidratación extra. Por ejemplo, colirios o lágrimas artificiales.
¿Por qué son tan importantes las lágrimas?
Las lágrimas cumplen diversas funciones y permiten que el ojo se mantenga sano:
- Hidratan la superficie del ojo: la superficie del ojo es una mucosa que debe estar húmeda para que el párpado pueda deslizarse con naturalidad. Además, esta humedad permite que la conjuntiva (la membrana más externa del ojo) esté sana y en correctas condiciones.
- Lubrican la superficie del ojo: las lágrimas no solo hidratan, sino que también lubrican la superficie ocular. Es decir, aportan la grasa necesaria para que el párpado se desplace con facilidad y podamos ver correctamente.
- Limpian la superficie del ojo: la película lagrimal también permite que la superficie del ojo y la conjuntiva en particular se limpien de forma constante. De esta manera, se evita la proliferación de gérmenes que pudieran producir diversas infecciones.
Las lágrimas están compuestas por distintos elementos que, en el equilibrio correcto, garantizan que cumplan de forma adecuada su función:
- Agua: constituye la capa acuosa que representa la mayor parte de la lágrima.
- Compuestos lipídicos: son grasas que ayudan a que la lágrima, además de hidratar, también lubrique la superficie ocular.
- Minerales: garantizan un correcto equilibrio de la lágrima y una buena adherencia de la lágrima a la superficie del ojo.
Esta composición es la que garantiza que cumplan correctamente su función.
En el caso de que la cantidad o la calidad de la lágrima natural no sea correcta, esto puede conllevar dificultades en la hidratación, lubricación y limpieza del ojo. Entonces, es cuando pueden aparecer el síndrome del ojo seco y otros problemas asociados a este.
¿Qué recomendaciones generales podemos seguir?
Lo primero que debemos tener en cuenta es que, tanto si tenemos los ojos secos al despertar como en cualquier otro momento del día, el tratamiento será el mismo. En este sentido, algunas de las recomendaciones que debemos seguir son las siguientes:
- Evitar ambientes y situaciones que puedan favorecer el síndrome del ojo seco.
- Evitar el uso prolongado de pantallas en general y, cuando las usamos, hacer descansos de al menos 5 minutos cada 30 minutos de uso.
- Cuando salgamos al exterior, usar gafas de sol (incluso los días nublados).
- Usar colirios y lágrimas artificiales a lo largo del día siempre que sea necesario.
- Aplicar colirios y lágrimas artificiales antes de irnos a dormir.
- Acudir al oftalmólogo para que pueda hacer un chequeo y valorar si es necesario algún tratamiento adicional.
¿Cuándo acudir al médico?
En los casos en los que el síndrome de ojo seco no haya sido diagnosticado, lo más recomendable será acudir al oftalmólogo para que lleve a cabo una exploración y pueda descartar enfermedades más graves.
Por lo general, el médico nos recomendará el uso de una lágrima artificial específica según el tipo de ojo seco que tengamos y sus características, lo que también podrá ayudar a que el tratamiento sea lo más eficaz posible.
Entre las pruebas más habituales que el oftalmólogo realiza para la detección del ojo seco cabe destacar las siguientes:
- Anamnesis (preguntar al paciente por los síntomas que tiene).
- Exploración con lámpara de hendidura.
- Determinación del cuál es el tiempo de ruptura de la película lagrimal del paciente.
- Test de Schirmer.
¿Qué tratamientos existen?
Entre los tratamientos más habituales para atajar el síndrome de ojo seco cabe destacar los siguientes:
- Lágrimas artificiales: las lágrimas artificiales son un producto que está formulado específicamente para imitar la calidad de la lágrima natural. Se aplican directamente sobre el ojo, lo que permite complementar la lágrima natural del paciente.
- Suero autólogo: se trata de un producto preparado que se utiliza en diferentes problemas y enfermedades. Se desarrolla imitando la composición de algunos elementos de la sangre, lo que le confiere una riqueza de nutrientes aún mayor que la lágrima artificial.
- Luz pulsada: este tratamiento está indicado cuando existe una alteración de las glándulas de Meibomio.
- Tapones: los tapones lagrimales se colocan en el ojo y contribuyen a mejorar la calidad de la lágrima del paciente. Tienen una vida media de tres meses, después de los cuales deben ser sustituidos.
Fuentes
- Academia Americana de Oftalmología (AAO) – ¿Qué es el ojo seco?
- Academia Americana de Oftalmología (AAO) – Gotas lubricantes para los ojos secos
No hay comentarios
Todavía no hay comentarios.
Escribe un comentario