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Ojos saltones: cirugía de descompresión orbitaria

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Los ojos saltones, o exoftalmia aparecen cuando los ojos aparentan estar desplazados hacia delante de la órbita. No siempre están relacionados con un problema óptico o con una enfermedad.

Sin embargo, también existen situaciones en las que estos ojos saltones sí que pueden ser un síntoma de un problema mayor, por lo que es importante consultar a un médico para que evalúe la situación personal de cada paciente y se adopten las medidas más recomendables en cada caso.

¿Qué es la exoftalmia u ojos saltones?

Se denomina exoftalmia, exoftalmos, o simplemente ojos saltones, a la propulsión de los globos oculares hacia delante de las órbitas. Los pacientes que presentan este trastorno suelen mostrar uno o ambos ojos desplazados hacia delante, como si fueran a “salirse de sus órbitas”. 

Más allá del factor estético, hay que tener en cuenta que, los ojos saltones o exoftalmia, pueden ser un problema para la salud, ya que suelen ser  síntoma de  otros problemas o enfermedades concretas.

¿Qué tipos de exoftalmia existen?

Existen dos tipos de exoftalmia:

  • Exoftalmia bilateral. Cuando el problema afecta a los dos ojos y es mayor de 20 mm. La enfermedad de Graves es la causa más frecuente de exoftalmos bilateral.
  • Exoftalmia unilateral. Cuando la protrusión es más evidente en un ojo que en el otro.

Exoftalmia u ojos saltones

¿Cuáles son los síntomas de la exoftalmia?

  • El principal síntoma ocular de la exoftalmia o exoftalmos es la propia propulsión del ojo o los   ojos afectados hacia fuera de las órbitas.
  • Los pacientes con exoftalmia  suelen presentar sequedad ocular. Esto se produce porque al estar el globo ocular desplazado hacia delante, el párpado no termina de cubrir por completo su  superficie, lo que implica una peor lubricación del ojo. La sequedad ocular también puede provocar visión doble, sensación de cuerpo extraño, etc. Para paliar estos síntomas se pueden emplear lágrimas artificiales.
  • La sequedad se suele manifestar con un abundante lagrimeo que intenta compensar la falta de lubricación natural obtenida con el parpadeo. 

¿Cuáles son las causas y posibles complicaciones de la exoftalmia u ojos saltones?

Hay que tener en cuenta que la exoftalmia u ojos saltones es un síntoma causado por otros problemas. Entre las causas más comunes que provocan este problema cabe citar las siguientes:

  • Trastornos o lesiones óseas: una de las posibles causas de los ojos saltones estaría en alguna lesión ósea o trastorno de la zona cercana a los ojos. En este sentido, se puede deber al daño causado por un traumatismo o, por ejemplo, a una operación cercana a la zona.
  • Presencia de tumoraciones: aunque no es lo más común, la presencia de tumoraciones en la zona cercana o posterior a los ojos puede ser una de las causas de los ojos saltones o exoftalmos. En estos casos, será necesario valorar el tipo de tumor del que se trata y si es conveniente o no valorar la extirpación del mismo. 
  • Infección ocular: una de las causas más habituales que pueden causar la exoftalmia u ojos saltones son las infecciones en la parte posterior del ojo. Se trata de una de las causas más comunes cuando la propulsión del ojo se ha producido en poco tiempo o de forma repentina. 
  • Problemas relacionados con la glándula tiroides: otra de las causas más comunes que pueden favorecer la aparición de este problema son las enfermedades relacionadas con la glándula tiroides, tales como el hipertiroidismo o la enfermedad de Graves. En estos casos hablamos de oftalmopatía tiroidea y el tratamiento deberá estar centrado en tratar la enfermedad que causa los ojos saltones más que en el síntoma en sí mismo. 
  • Celulitis orbitaria.
  • Glaucoma.

¿Cuándo acudir al médico?

En cualquier caso, será necesario acudir al oftalmólogo para que pueda evaluar cuáles son las causas concretas de cada caso de exoftalmos y llevar a cabo un diagnóstico. 

Además, si la propulsión de uno o ambos ojos se ha producido en poco tiempo, es especialmente importante acudir lo antes posible a consulta, ya que lo más probable es que se trate de un problema relacionado con una infección y será necesario comenzar un tratamiento adecuado para curarla. 

¿Cómo se diagnostica?

Para diagnosticar un posible caso de exoftalmia el médico elaborará una historia clínica completa del paciente y llevará a cabo un examen físico que incluya las siguientes pruebas:

  • Medición de la graduación y de la agudeza visual del paciente
  • Examen de la motilidad ocular.
  • Exoftalmometría. A través de esta prueba se mide la posición anteroposterior del globo ocular
  • Tomografía computerizada (TC) y/o resonancia magnética.
  • Análisis de sangre.
  • Otras pruebas complementarias.

¿Qué posibles tratamientos existen?

Debido a la gran variedad de causas que pueden producir los ojos saltones o exoftalmos, cada uno de los tratamientos que se administren estará en consonancia con la causa concreta del problema.

  • En el caso de que se diagnostique una infección de tipo bacteriana, lo más común será que el tratamiento esté centrado en la administración de un antibiótico concreto.
  • Si la causa  del exoftalmos está ligada a una lesión ósea, se valorará la necesidad o no de operar para corregir la propulsión de los ojos. 
  • En el caso de que la causa sea de tipo tumoral, se deberá valorar en primer lugar el tipo de tumoración (que puede ser benigna o maligna), así como la necesidad o no de realizar una cirugía para su extirpación. 
  • Si la causa está ligada a un problema de tiroides (una de las causas más comunes), lo más habitual será que se derive al paciente a un endocrino para que sea este quien determine el tratamiento más recomendable. 
  • En ocasiones puede ser necesaria una intervención que permita ampliar el espacio del que disponen los globos oculares en la cara. Esta intervención se denomina descompresión orbitaria. 

¿En qué consiste la descompresión orbitaria?

La descompresión orbitaria es  un tratamiento quirúrgico mediante el cual el cirujano convierte la órbita ocular en una cavidad más grande para, posteriormente, colocar el globo ocular realizando descompresiones de tipo óseo o graso. De este modo, se consigue reducir la presión en el compartimento retroocular por el agrandamiento del globo ocular, que es el principal problema de los afectados por un exoftalmos

En definitiva, esta intervención consiste en ampliar la capacidad volumétrica de la cavidad ocular mediante la realización de orbitectomías, que son cortes en las paredes óseas orbitarias y/o en la grasa retroocular, lo que se conoce como lipectomía.

¿Qué pruebas se deben realizar antes de la intervención?

Como etapa previa a la intervención, el cirujano debe realizar una serie de pruebas, reconocimientos y exámenes:

  • Examen oftalmológico completo.
  • Examen de la zona palpebral y periocular.
  • Campimetría (estudio del campo visual) y  test de colores para descartar neuropatía óptica compresiva.
  • Fotografías de valoración del estado del paciente antes y después de la intervención
  • Test de exoftalmometría o test de Hertel con el fin de medir exhaustivamente la posición de los dos ojos.
  • En algunos casos, tac orbitario para determinar la causa del exoftalmo.

¿Cómo es el postoperatorio?

La descompresión orbitaria  es una intervención que tiene un postoperatorio poco molesto para el paciente y no requiere excesivos cuidados.

  •  Es un procedimiento poco invasivo.
  • Se realiza de forma ambulatoria, por lo que no se necesita ingreso.

Las incisiones son pequeñas y suelen pasar desapercibidas. Entre los cuidados postoperatorios que suele conllevar esta cirugía podemos destacar:

  • Suele ser necesario tapar el ojo tras la cirugía durante un periodo de 24 horas. Pasado este tiempo, el cirujano realiza una visita de control para comprobar que todo está en orden.
  • Para evitar o minimizar las molestias del paciente operado de descompresión orbitaria, el oftalmólogo le recetará unos antiinflamatorios. Para evitar infecciones también deberá tomar antibióticos. Esta medicación podrá tomarla por vía oral y/o aplicarla de forma tópica.
  • El paciente debe evitar  cualquier traumatismo fortuito que pudiese lesionar el ojo. En cualquier caso, se trata de un reposo relativo, evitando actividades potencialmente peligrosas y movimientos bruscos.

Cabe destacar que los resultados definitivos no se pueden apreciar hasta pasado un mes tras la cirugía.. Por lo tanto, hay que tener un poco de paciencia para descubrir si la operación ha sido o no exitosa y en qué grado se han conseguido mejoras estéticas o reducir el riesgo de que una inflamación pueda llegar a dañar el nervio óptico.

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