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Ojo seco: ¿qué es?

El síndrome del ojo seco o, simplemente ojo seco, es una enfermedad inflamatoria, crónica, compleja y multifactorial que afecta a la superficie ocular, provocando molestias y alteraciones visuales que pueden llegar a ser graves.

¿Por qué se produce un ojo seco?

Se produce cuando el sistema lagrimal del ojo es incapaz de producir de forma natural la lágrima necesaria para la correcta lubricación del ojo.

Por lo tanto, el ojo seco se puede producir porque:

  • La cantidad de lágrima producida es insuficiente.
  • La lágrima producida no es de buena calidad. La lágrima está compuesta principalmente de agua, pero también tiene otros ingredientes, como electrolitos, minerales, mucinas y ácidos grasos, que contribuyen a su función. Si el equilibrio entre las sustancias que componen la lágrima no es el correcto, disminuye su eficacia protectora y lubricante sobre la superficie ocular.
  • Una combinación de las dos situaciones anteriores.

Funciones de la lágrima


Las principales funciones de la lágrima son:

  • Nutrir de oxígeno a la córnea.
  • Mantener hidratada la superficie corneal y lubricarla favoreciendo el parpadeo.
  • Favorecer la visión al crear una superficie lisa y transparente que atraviesan los rayos de luz.
  • Tiene una acción antibacteriana gracias a los anticuerpos y enzimas que están presentes en su composición.
  • Proteger al ojo de infecciones e irritaciones, ya que favorecen la eliminación de microbios, polvo, insectos…

Por lo tanto, el ojo seco puede influir en la calidad de vida del paciente y, en función de la severidad del caso, el daño puede ir de simples molestias (sensación de cuerpo extraño, fotofobia, visión borrosa, lagrimeo, irritación…) a problemas más graves y persistentes.

¿A quién afecta?

El ojo seco es el primer motivo de consulta con el oftalmólogo y, según algunos estudios, afecta a entre un 15% y un 30% de la población.

  • Su prevalencia aumenta con la edad. El síndrome del ojo seco se presenta principalmente en los ancianos, aunque con la proliferación de los puestos de trabajo que obligan a pasar mucho tiempo frente a una pantalla, cada vez afecta a personas más jóvenes.
  • Es un problema más frecuente entre las mujeres a partir de la menopausia (más o menos a partir de los 50 años), debido a su estrecha relación con los cambios hormonales.

¿Cuáles son sus causas?

No podemos hablar de una única causa del ojo seco, sino de varias y todas ellas muy dispares entre sí. Las detallamos a continuación.

Cambios hormonales


Son una de las principales causas del ojo seco y provocan que las glándulas lagrimales empiecen a producir menos lágrima o que la película lagrimal tenga una calidad inferior.

Los cambios hormonales afectan especialmente a:

  • Personas de edad avanzada.
  • Mujeres, como consecuencia del embarazo, el consumo de anticonceptivos orales y la menopausia.

Envejecimiento


A medida que pasan los años, las células que generan la lágrima de forma constante y que determinan la composición de la película lagrimal se van atrofiando. Un buen ejemplo son las disfunciones que se producen en las glándulas de Meibomio, que se ocupan de producir determinados lípidos que previenen la evaporación de la lágrima.

Ojo seco en pacientes jóvenes


Aunque la edad es uno de los factores de riesgo que propician la aparición del ojo seco, existen otros elementos que pueden hacer que se manifieste en pacientes jóvenes.

Es posible que el ojo seco se manifieste de manera puntual en lugar de crónica, asociado a unas circunstancias concretas, que, cuando dejan de producirse, hacen que se produzca una mejoría de este problema de visión.

Algunas de las circunstancias o entornos que pueden propiciar la aparición del síndrome del ojo seco en personas jóvenes son:

  • Ambientes secos o con mucho viento. Estas circunstancias propician la evaporación de la lágrima, lo que puede convertirse en un desencadenante del problema.
  • Aire acondicionado o calefacción. Provocan una sequedad ambiental muy elevada.
  • Exposición excesiva al sol.
  • Ser fumador (activo o pasivo). El humo irrita la superficie del ojo y provoca un desequilibrio de la lágrima natural.
  • Uso de lentes de contacto.
  • Cirugía ocular.
  • Enfermedades sistémicas o autoinmunes. Algunas enfermedades como el síndrome de Sjögren, la artritis reumatoide o el lupus eritematoso se ha relacionado con la aparición de ojo seco.
  • Estrés. El estrés y la ansiedad pueden implicar desequilibrios generales en la salud del paciente que, entre otros efectos, provoquen la aparición de episodios puntuales de ojo seco.
  • Algunos medicamentos como los antihistamínicos o el ácido retinoico indicados para el tratamiento de la alergia y del acné respectivamente.
  • Problemas en los párpados. El cierre incompleto de los párpados provocado por problemas palpebrales como el ectropión o el entropión puede provocar ojo seco.
  • Uso excesivo de pantallas. Al usar las pantallas electrónicas se reduce la frecuencia de parpadeo y la lágrima no se distribuye correctamente por la superficie ocular, aumentando su evaporación.

¿Cuáles son sus principales síntomas?

Los síntomas del ojo seco pueden variar mucho de una persona a otra y pueden tener una amplia progresión. Por esta razón, se habla de diferentes formas de sequedad ocular, catalogándolas como leve, moderada o grave, según sea el caso.

Los síntomas más comunes son los siguientes:

  • Picor, ardor o escozor en el ojo.
  • Enrojecimiento.
  • Sensación de cuerpo extraño.
  • Fotofobia o sensibilidad excesiva a la luz.
  • Visión borrosa.
  • Sensación de fatiga o cansancio visual.
  • Escasa lágrima.
  • Lagrimeo abundante, pero de poca calidad.
  • Mucosidad.
Cómo ve un paciente con ojo seco

¿Qué complicaciones puede provocar el ojo seco?

Al no estar bien lubricada la superficie ocular, además de los síntomas descritos con anterioridad, la persona que padece ojo seco puede llegar a sufrir los siguientes problemas que pueden llegar a ser graves y persistentes, especialmente si los síntomas se han prolongado en el tiempo sin tratamiento:

  • Infecciones.
  • Inflamación de la córnea y/o la conjuntiva.
  • Queratitis punteada, que son microerosiones del epitelio corneal.
  • Úlceras corneales que lleguen a provocar cicatrices.
  • Pérdida de visión.

¿Qué tipos de ojo seco existen?

Existen diferentes tipos de ojo seco y varios de ellos pueden coexistir en un mismo paciente.

  • Hiposecretor o acuodeficiente. Se debe a la secreción insuficiente del componente acuoso de la película lagrimal por la glándula lagrimal.
  • Evaporativo. Se debe a un déficit de la capa lipídica debido a una disfunción de las glándulas de Meibomio que puede producirse por diferentes causas, siendo la más frecuente la blefaritis.
  • Neurotrófico. Se produce por una alteración en los nervios de la córnea que provoca una reducción de la secreción lagrimal.
  • Inflamatorio. Está causado por la inflamación de la superficie ocular. Si bien se considera que el ojo seco, en general, siempre conlleva inflamación de la superficie ocular.
  • También existen otras clasificaciones en función de la sintomatología que presenta el paciente.

¿Cómo se realiza el diagnóstico del ojo seco?

El ojo seco carece de síntomas o signos diagnósticos específicos, por lo tanto, es una patología que puede ser difícil de diagnosticar.

Algunas de las pruebas que se emplean para el diagnóstico del ojo seco son:

  • Análisis de la historia clínica del paciente.
  • Exploración de la superficie ocular con microscopio y tinciones oculares
  • Medición de la agudeza visual
  • Cuestionarios para cuantificar la gravedad del problema y la respuesta al tratamiento
  • Test de Schirmer. Determina la cantidad de lágrima producida por el ojo a través de la colocación de unas tiras de papel dentro del párpado inferior.
  • Medida de la osmolaridad de la lágrima (concentración de la lágrima).
  • Medición del tiempo de ruptura de la película lagrimal (TRL).
  • Meibografía para estudiar las alteraciones en las glándulas que segregan el componente lipídico de la lágrima (glándulas de meibomio).
  • Otros estudios de la bioquímica de la lágrima.

¿Qué tratamientos tiene el síndrome del ojo seco?

El síndrome del ojo seco es una anomalía que, en la mayor parte de las ocasiones, se puede paliar y controlar con éxito si se sigue regularmente un tratamiento adecuado.

Para que esto sea posible, es necesario conocer previamente, entre otros aspectos:

  • Las particularidades de cada paciente.
  • Su historial médico.
  • La causa del problema.
  • El alcance, gravedad e impacto de la patología.
  • La reacción del paciente ante determinados medicamentos.

En función de estos factores, el especialista optará por:

  • Un tratamiento temporal en aquellos casos en los que la enfermedad esté motivada por circunstancias transitorias.
  • Un tratamiento crónico, más adecuado en aquellos casos en los que el déficit en la calidad o cantidad de la lágrima esté provocado por motivos permanentes.

Existen diversos tratamientos que el especialista aconsejará al paciente con el objetivo de paliar los síntomas, mejorar su calidad de vida y evitar posibles complicaciones.

Lágrimas artificiales


Es el tratamiento más habitual para tratar los síntomas asociados al ojo seco.

Este producto imita la composición de la lágrima natural y, al aplicarlo directamente sobre el ojo del paciente como cualquier colirio oftálmico, se complementa la lágrima que le falta.

Existe una gran variedad de lágrimas artificiales y, dependiendo de la gravedad de los síntomas, el especialista optará por un producto u otro. Por ejemplo, pueden contener o no conservantes ya que hay personas alérgicas a este componente.

Geles oculares


Son similares a las lágrimas artificiales, pero, en este caso, en lugar de presentarse en formato líquido, se presentan en formato gel.

Tienen una mayor cantidad de sustancias lipídicas que agua en comparación con las lágrimas artificiales y, por ello, suelen prescribirse a pacientes con síndrome de ojo seco severo.

Medicamentos


Cuando se trata del ojo seco severo el oftalmólogo puede recurrir al uso de fármacos corticoides o inmunomoduladores tópicos, como la ciclosporina, para controlar la inflamación.

También es posible que el médico cambie o reduzca la ingesta de ciertos medicamentos que puedan estar interfiriendo con la producción lagrimal del paciente.

Sueros autólogos o colirios biocompatibles


Recientemente se han desarrollado y perfeccionado las denominadas terapias regenerativas, consistentes en el uso de sueros autólogos o colirios biocompatibles creados a partir de la sangre del propio paciente.

Estas son sus principales características:

  • Están especialmente indicados para el tratamiento del ojo seco severo.
  • Utilizan recursos del propio cuerpo de la persona afectada, por lo que no hay rechazo.
  • Contienen plasma del propio paciente, que contiene vitaminas y factores de crecimiento celular, aumentando el poder lubricante respecto a las lágrimas artificiales.
  • Estos colirios regeneran los tejidos y facilitan el tránsito y la proliferación celular de las zonas del epitelio corneal y conjuntival lesionadas por la sequedad, favoreciendo así su curación.

IPL


El láser de luz pulsada (IPL), al igual que el Lipiflow, se utiliza para estimular el funcionamiento de las glándulas de Meibomio.

Con este tratamiento se logra:

  • Reducir la inflamación de la superficie ocular.
  • Mejorar la calidad de la película lagrimal.
  • Estabilizar la flora conjuntival.

La duración aproximada del tratamiento es de unos 10-15 minutos, no produce dolor y se realiza en la consulta.


Cómo ve un paciente con ojo seco

Lipiflow


El Lipiflow es un tratamiento médico automatizado que consiste en la aplicación localizada de calor y presión terapéutica bajo anestesia tópica (gotas) en los cuatro párpados (superiores e inferiores).

El objetivo de este procedimiento clínico es el de mejorar el drenaje de las glándulas de Meibomio que son las encargadas de producir el componente oleoso o lipídico de la película lagrimal.

La duración aproximada del tratamiento, que se realiza en una sola sesión, es de unos 12 minutos por ojo.

Además de usarse para tratar el ojo seco, la aplicación del Lipiflow es cada vez más común en los pacientes con blefaritis.

Tapones lagrimales


Son unos pequeños dispositivos que se introducen en el conducto lagrimal para evitar que la lágrima se elimine por la vía natural y permanezca más tiempo en la superficie del ojo. Este procedimiento se utiliza solo en casos muy severos.

Cirugía de párpados


Cuando el origen del problema se encuentra en que los párpados tienen una posición anormal, posiblemente la solución ideal sea una pequeña cirugía para devolverlos a su posición correcta.

¿Qué factores preventivos existen?

Otras alternativas para tratar los síntomas cuando estos son leves pueden ser:

  • Rebajar la sequedad del ambiente con un humidificador.
  • Eliminación o limitación en el uso de lentes de contacto.
  • Dejar de fumar y evitar los ambientes en los que haya humo.
  • Mantener una dieta equilibrada y rica en Omega 3.
  • Tratar de parpadear voluntariamente y de forma frecuente cuando estamos usando pantallas electrónicas.
  • Usar gafas de sol homologadas, grandes y envolventes para proteger los ojos del viento, el polvo y otros agentes irritantes.
  • Evitar cosméticos o cremas que aplicados en la proximidad de los ojos ocasionen irritación.

Nuestros oftalmólogos especialistas en ojo seco

Clínica Baviera cuenta con un excelente equipo de oftalmólogos especializados en ojo seco, que son referentes nacionales e internacionales.

Preguntas frecuentes

Generalmente el ojo seco provoca molestias en los pacientes, pero no suele ser demasiado grave. Los tratamientos más sencillos para paliar la sequedad ocular y favorecer la lubricación natural de los ojos, como las lágrimas artificiales y las medidas preventivas suelen ser muy eficaces para paliar estos síntomas leves.

El ojo seco severo es una variante de esta molestia menos frecuente y mucho más grave, y suele producirse en el contexto de una enfermedad sistémica. Se caracteriza por:

  • Los síntomas son más severos, graves e intensos.
  • Es una dolencia crónica.
  • Puede llegar a comprometer la calidad de visión del paciente provocando visión borrosa, úlceras corneales, queratitis y, en los casos extremos, perforación ocular.
  • Para el manejo del ojo seco severo se necesita un tratamiento específico a base de colirios con corticoides, inmunodepresores o suero autólogo. En algunas ocasiones también se puede emplear cirugía para la oclusión de los puntos lagrimales.

Por lo general, lo más habitual es que los pacientes que buscan una solución para el ojo seco empiecen probando distintos tipos de lágrimas artificiales.

Si esta opción resulta insuficiente, es aconsejable acudir al oftalmólogo para que lleve a cabo una evaluación del problema con el objetivo de prescribir el tratamiento más adecuado.

Aunque el ojo seco es una dolencia que puede resultar ciertamente molesta, en la mayoría de las ocasiones sus síntomas desaparecen casi espontáneamente o con un tratamiento sencillo (lágrimas artificiales, colirios…). Solamente en casos muy extremos esta dolencia puede resultar peligrosa, pero únicamente si no se trata a tiempo, y en el contexto de determinadas enfermedades asociadas.

Un ojo seco severo precisa siempre del seguimiento cercano de su oftalmólogo.

Una visita rápida al oftalmólogo nos puede ayudar a detectar cualquier problema o enfermedad en sus estadios iniciales, lo que contribuirá a que el pronóstico sea mejor que si la detectamos en fases más avanzadas. Eso es lo que ocurre con el ojo seco.