Manzanilla con anís: ¿es buena para los ojos?

La manzanilla con anís es una mezcla a la que se atribuyen diferentes propiedades medicinales, entre ellas las de orden digestivo y sedante y otras como el control de los niveles de colesterol en el cuerpo y el alivio de los dolores menstruales.

También se suele afirmar que es una sustancia con cualidades antisépticas, lo que hace que sea especialmente idónea para curar anomalías e infecciones visuales como los ojos irritados, los orzuelos y hasta la conjuntivitis.

Sin embargo, ¿esto es verdaderamente cierto? ¿Existen pruebas médicas de que la manzanilla con anís es una buena alternativa para el tratamiento de estas anomalías visuales? Y, de ser así, ¿cómo se debe aplicar correctamente?

Algunas razones para no usar la manzanilla con anís en los ojos

Aunque la manzanilla con anís tiene propiedades antiinflamatorias, esto no significa necesariamente que sea buena para nuestra salud visual.

Las evidencias que existen hasta el momento señalan un efecto contraproducente de esta sustancia cuando la aplicamos en los ojos. Entre las principales razones cabe destacar las siguientes:

• Provoca sequedad en la zona ocular: a diferencia de lo que cree mucha gente, limpiar los ojos con una mezcla de manzanilla y anís no hidrata los ojos. Todo lo contrario, aumenta el nivel de sequedad en ellos. Si la idea es hidratarlos, la mejor opción es emplear el colirio o las lágrimas artificiales  aconsejadas por el especialista.
• Contiene partículas que pueden dañar el ojo: dichas partículas se encuentran en las infusiones de manzanilla con anís que compramos en las tiendas y supermercados. Estas partículas penetran en el ojo y pueden dañarlo y facilitar la aparición de diversas infecciones. 
• Transmisora de agentes infecciosos: la infusión de manzanilla con anís (o solo de manzanilla), puede estar contaminada con agentes potencialmente infecciosos para nuestros ojos. Por ejemplo, agentes alérgenos, bacterias, virus y hongos. Esto no es un problema si la infusión se ingiere por vía oral. Sin embargo, sí que puede ser un problema al aplicarla directamente por vía oftálmica. 
• Desconocemos su origen y proceso de elaboración: pues la mayoría de las veces no se nos informa de dónde provienen las infusiones, qué empresa las ha producido y si durante este proceso se han empleado químicos, fertilizantes, pesticidas u otras sustancias artificiales para su conservación.
• En los casos más graves puede provocar un eczema: el eczema es un trastorno cutáneo que se presenta en la zona que circunda los ojos como producto de una infección interna, y que se manifiesta básicamente a través de la inflamación de esta zona.

¿Qué productos usar para la limpieza de los ojos?

Si quieres limpiar tus ojos, lo mejor es prescindir de la manzanilla con anís (y de cualquier otro preparado casero o plantas medicinales) y elegir productos que te aseguren una higiene óptima y que estén perfectamente esterilizados. 

Algunas opciones que puedes utilizar son las siguientes: 

• Suero fisiológico: el suero fisiológico es la mejor opción para limpiar los ojos. Se trata de un líquido preparado a partir de agua esterilizada y sal. Su principal característica es que, además de estar esterilizado, es perfectamente compatible con el cuerpo humano. Se puede aplicar directamente en los ojos o en las zonas de alrededor para realizar una limpieza completa y segura de toda la zona. 
• Gasas de limpieza oftálmica: estas gasas se comercializan en cualquier farmacia y están diseñadas para limpiar la zona de alrededor de los ojos. Al igual que el suero fisiológico, son estériles y están preparadas para ser perfectamente compatibles con el cuerpo humano. En concreto, con los ojos y las zonas de alrededor. 
• Agua limpia: en el caso de que no tengamos a mano suero fisiológico ni gasas de limpieza oftálmica, la mejor opción para limpiar los ojos es usar simplemente agua.Para ello, deberemos elegir el agua más limpia posible que encontremos.

Además, en el caso de que tengamos molestias oculares de cualquier tipo, lo más recomendable será acudir lo antes posible al oftalmólogo para que pueda realizarnos una revisión. De esta forma, el médico podrá determinar el tratamiento más adecuado que debemos seguir en cada caso, así como establecer la forma más correcta de limpiar los ojos si fuese necesario. 

Fuentes

• Academia Americana de Oftalmología (AAO) – Infecciones oculares: más vale prevenir que lamentar
• Academia Americana de Oftalmología (AAO) – Conjuntivitis: ¿Qué es el ojo rojo?