Lagrimal obstruido en bebés: qué hacer
El lagrimal obstruido, dacriocistitis crónica o estenosis de los conductos lacrimonasales puede afectar hasta a un 20% de los bebés en los primeros meses de vida.
A continuación te explicamos a qué se debe este problema, cuáles son sus principales síntomas y qué hacer si se presenta.
Índice
¿Qué es el lagrimal obstruido en bebés o rija?
Un bebé puede presentar epífora o lagrimeo excesivo por muchos motivos, aunque uno de los más frecuentes es porque tiene el lagrimal obstruido.
El lagrimal se puede obstruir por diferentes causas:
- Por la inmadurez o falta de desarrollo del canal nasolagrimal.
- Porque, en el caso de los bebés, el canal es todavía más estrecho que en el caso de los adultos y se puede obstruir con mayor facilidad.
- Porque el conducto puede estar cerrado por una membrana que generalmente se sitúa a la altura de la válvula de Hasner (unión de la vía lagrimal con la nariz).
¿Cuáles son los síntomas del lagrimal obstruido?
Los principales síntomas que presentan los bebés que sufren esta estenosis son:
- Lagrimeo constante o epífora.
- Abundantes secreciones mucosas (legañas).
- Inflamación del párpado inferior.
- Picor de ojos.
¿La obstrucción se suele resolver por sí misma?
Lo cierto es que, como todo lo que afecta a los niños de corta edad, estos síntomas generan en los padres alarma y bastante angustia. Sin embargo, es una afección que suele curarse por sí misma con el paso del tiempo y que, en el caso de necesitar cirugía, es sencilla y está exenta de peligros.
En el 90% de los casos, el bebé presenta legañas y secreciones durante el primer año de vida, síntomas que se suelen agravar entre los 8 y los 10 meses. Afortunadamente, en la mayoría de los casos, el lagrimal obstruido en bebés se resuelve antes de que el niño cumpla un año.
Si una vez pasado este tiempo el problema persiste, puede resultar aconsejable visitar a un especialista para que valore el caso. No obstante, no podemos descartar que se trate de una conjuntivitis derivada de una infección vírica o bacteriana y que, por lo tanto, necesite el tratamiento oportuno. Este problema, además, puede aparecer en uno en ambos ojos, por lo que también es importante que se preste la debida atención a los dos ojos del pequeño.
¿Qué hacer si el bebé presenta el lagrimal obstruido?
Masajes
Podemos facilitar el drenaje de las lágrimas realizando un suave masaje en la zona localizada entre el ángulo interior del ojo y la base de la nariz.
Este masaje se realiza con delicadeza presionando ligeramente la zona para facilitar la salida natural de la lágrima. Hay que tener en cuenta que el conducto que dirige la lágrima desde el ojo hasta la parte interna de la nariz pasa por la parte interior del extremo del párpado inferior. Es decir, esta es la zona que se deberá masajear para que la lágrima pueda circular a través del conducto de forma natural.
Como es lógico, a la hora de realizar este masaje, es muy importante asegurarse de varios aspectos importantes:
- Realizarlo con suavidad: No se debe olvidar que la piel de los bebés es mucho más suave y delicada que la de un adulto. Por ello, la presión que se debe ejercer es la adecuada para permitir que la lágrima circule por el conducto lagrimal pero, al mismo tiempo, la adecuada para que no se haga daño al bebé.
- Realizarlo con las manos completamente limpias: Como es natural, el masaje se deberá de realizar con la yema de los dedos y el resto de la mano completamente limpias para evitar posibles infecciones. Para ello, por lo general basta con lavarse adecuadamente las manos con agua y jabón antes de iniciar el masaje.
- Realizarlo de forma frecuente: Por otro lado, es importante que el masaje de la zona del lagrimal obstruido se lleve a cabo por lo menos dos o tres veces al día. Esta será la forma adecuada de garantizar que la zona no se obstruye y, en consecuencia, evitar también posibles infecciones.
- Tener especial cuidado con las uñas: Dado que el masaje se realiza con la yema de los dedos, es especialmente importante tener cuidado con las uñas en el momento de realizarlo para que no se dañe la piel o el ojo del bebé.
Higiene
Debemos mantener una correcta higiene del ojo y de las zonas que lo rodean usando:
- Suero fisiológico. Se empleará para retirar las legañas del ojo del bebé con ayuda de una basa estéril. Es importante tener en cuenta que no es recomendable emplear algodón en este tipo de limpiezas. El algodón deja restos de fibras que pueden quedar en el ojo del bebé y, en consecuencia, causarle molestias.
- Toallitas asépticas que se venden en farmacias.
Colirios
Si el médico así lo determina, se podrán instilar colirios antibióticos y/o antiinflamatorios en los ojos del bebé.
Por lo general, con estos sencillos consejos y cuidados, se puede conseguir aliviar las molestias derivadas de un lagrimal obstruido en bebés. Sin embargo, si el problema fuera de mayor envergadura, existen otro tipo de tratamientos que ayudarán a solucionarlo.
¿Qué tratamientos se emplean si el problema persiste?
Cuando el problema del lagrimal obstruido en bebés persiste (por lo general se considera que como mínimo hay que esperar hasta que el bebé tenga la edad de 8 meses, que es cuando se supone que el lagrimal obstruido debería haberse solucionado por sí mismo de forma natural), lo más recomendable es consultar con el médico para que lleve a cabo una exploración en el bebé y valore la posibilidad de llevar a cabo una pequeña operación que solucione de manera definitiva el problema.
¿Qué pasos se siguen durante la intervención?
Esta intervención se conoce como sondaje de la vía lagrimal y en ella se siguen estos pasos:
- Se introduce un fino alambre con la punta roma (aguja con punta no punzante) por el conducto lagrimal.
- A continuación, se irriga con una solución estéril con el fin de asegurarse de que las lágrimas descienden por la parte posterior de la nariz, lo que permitirá garantizar que el conducto ya no está obstruido.
¿Qué caracteriza a esta operación?
- Es muy sencilla y breve.
- No es invasiva.
- Es indolora.
- Tiene un carácter ambulatorio.
- No suele demorarse más de 15 minutos.
- Según sea el caso, se emplea un colirio anestésico o anestesia general Respecto a la decisión de si se opta por la anestesia general o por la anestesia local, hay que tener en cuenta que deberá ser el médico quien valore qué opción es la más recomendable en cada caso. Para ello, se tienen en cuenta diferentes factores, como la edad del bebé o el peso del pequeño, entre otros.
¿Cómo es el postoperatorio y qué resultados se obtienen?
Una vez en casa, se debe aplicar un colirio antibiótico durante unos días para evitar posibles infecciones.
El porcentaje de éxito de esta cirugía se sitúa entre el 85% y el 95%, siempre que se practique en niños menores de 12 meses. Si es mayor de esta edad, existen mayores probabilidades de que se tenga que repetir, dado que la propia naturaleza del bebé favorece el éxito de la operación en el caso de los niños más pequeños.
Fuentes
- Kidshealth – Obstrucción del conducto lagrimal
- Cuidate Plus – Masajes e higiene, los pasos ante la obstrucción del lagrimal
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