Los principales síntomas del lagrimal tapado son, entre otros:
El grado de lagrimeo y la incomodidad que sufre el paciente dependerá de:
La obstrucción de las vías lagrimales puede producirse por múltiples factores: traumatismos, acumulación de detritus, blefaritis, conjuntivitis… aunque, en la mayor parte de los casos, el origen del lagrimal tapado es desconocido.
Además, el bloqueo puede producirse en cualquier punto del sistema de drenaje de las lágrimas del ojo hasta que se comienzan a manifestar los síntomas anteriormente descritos.
Por lo tanto, las principales causas que pueden dar origen al lagrimal obstruido pueden ser:
Tumores en alguna de las partes de las vías lagrimales.
El riesgo de desarrollar un lagrimal bloqueado aumenta dependiendo de los siguientes factores:
Ateniéndonos a la información anterior podemos decir que existen dos tipos de obstrucción de las vías lagrimales:
El oftalmólogo puede diagnosticar la obstrucción del lagrimal a través de diferentes pruebas y de un examen médico completo de la salud visual del paciente (polo anterior, párpados y vías lagrimales).
Entre los exámenes que puede realizar el especialista se encuentran:
Además, es muy posible que el oftalmólogo indague en la historia clínica y en los antecedentes familiares del paciente para conocer las posibles causas del problema.
En cuanto al tratamiento para corregir el lagrimal tapado, la elección de una técnica u otra dependerá de cada paciente en función de:
En algunos casos se puede necesitar más de un tratamiento para corregir el problema.
Si la obstrucción está provocada por una infección aguda, esta puede tratarse con medicamentos antibióticos, antiinflamatorios o analgésicos.
El oftalmólogo puede valorar esta opción para abrir el conducto, especialmente en el caso de los bebés. Esos masajes suelen ir acompañados de lavados con suero fisiológico.
Si se ha producido un absceso puede ser necesaria una pequeña intervención que consiste en hacer una incisión y colocar un drenaje quirúrgico.
El sondaje de vías lagrimales es un procedimiento quirúrgico que se emplea para tratar la obstrucción congénita del conducto lagrimal, que es muy frecuente en recién nacidos.
Se realiza de forma ambulatoria con anestesia general o bajo sedación.
El procedimiento suele ser el siguiente:
En el caso de que exista una obstrucción baja de la vía lagrimal, en el saco lagrimal o en el conducto nasolagrimal, una de las técnicas quirúrgicas de elección más frecuente es la dacriocistorrinostomía (externa, endonasal o transcanalicular).
Es una operación mínimamente invasiva que se realiza con anestesia local, dura unos 10 minutos y no es preciso el ingreso hospitalario.
La dacriocistorrinostomía consiste, básicamente, en crear una nueva vía de drenaje de las lágrimas a través de la nariz, permitiendo que éstas se evacúen de nuevo con normalidad y creando una nueva conexión entre el saco lagrimal y la nariz.
Lo más habitual es que durante la cirugía se coloque una prótesis de silicona en la vía lagrimal para que no se cierre esta nueva vía de drenaje y para que el nuevo canal permanezca permeable. Esta prótesis se retira pasado un tiempo.
Los cuidados después de una operación de lagrimal de este tipo son bastante sencillos e irán acompañados de revisiones periódicas por parte del médico para vigilar el postoperatorio.
El lagrimal inflamado es uno de los principales indicios de que puede existir una obstrucción de las vías lagrimales y puede llegar a derivar en la aparición de un quiste en el saco lagrimal (mucocele). En este caso, se suele producir una gran acumulación de secreciones. Además, las inflamaciones del lagrimal suelen ser recurrentes.
Por lo tanto, que el lagrimal esté inflamado suele ser un síntoma de la existencia de una infección del saco lagrimal, una afección que científicamente se suele denominar dacriocistitis o rija.
La principal causa del lagrimal inflamado es la obstrucción del conducto nasolagrimal que puede deberse a:
Existen algunos factores causantes del bloqueo del lagrimal que no pueden ser controlados, pero es importante actuar rápidamente con la ayuda del especialista en oftalmología si se produce una inflamación o infección en los ojos y prevenir sus posibles consecuencias.
Algunos consejos para evitar infecciones en los ojos son:
En principio, el dolor en el lagrimal leve no es sinónimo de que exista un problema grave y puede desaparecer por sí mismo al cabo de unas horas o de unos días.
Sin embargo, sí será necesario acudir al especialista si: