Oftalmólogo y óptico: diferencias y similitudes

¿Cuál es la diferencia entre oftalmólogo y óptico-optometrista? ¿Son lo mismo? ¿Qué problemas de la vista puede tratar cada uno de ellos? En este artículo te respondemos todas las dudas al respecto. ¡Toma nota!

Oftalmólogo y oculista: palabras de origen similar

Oftalmólogo y oculista son dos palabras sinónimas que empleamos para referirnos a aquellos médicos que se encargan del diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades relacionadas con los ojos, empleando para ello medicamentos, cristales graduados (lentes), intervenciones quirúrgicas tradicionales (por ejemplo para tratar las cataratas), intervenciones quirúrgicas de cirugía refractiva con láser para corregir problemas como la miopía, la hipermetropía, la presbicia o vista cansada y/o el astigmatismo, y todos los demás instrumentos de que dispone la oftalmología actual.

Tanto la palabra oftalmólogo como oculista se usan para referirnos a los profesionales médicos que se encargan del cuidado de los ojos. Ambas palabras sirven, por tanto, para referirse al “médico de los ojos”, pero tienen diferentes orígenes: 

• La palabra oftalmólogo procede del griego ophthalmos (ojo).
• La palabra oculista viene del latín oculus (ojo).

Aunque los oftalmólogos u oculistas están entrenados para atender todos los problemas y enfermedades de los ojos, algunos se especializan en áreas específicas del sistema visual, como la retina, la córnea… o en enfermedades oftalmológicas específicas como el glaucoma o el estrabismo.

En donde radica la verdadera diferencia es entre los términos oftalmólogo/oculista y óptico-optometrista. Ambos profesionales mantienen una relación muy estrecha sin embargo, sus funciones y su formación  y conocimientos son diferentes aunque complementarias.

¿Cuáles son las funciones de un óptico?

El óptico-optometrista, a diferencia del médico especializado en oftalmología, es un profesional de la salud ocular (no médico) que está dedicado al cuidado y mejora, en atención primaria, de todos los factores relacionados con la vista y la salud visual de la población.

El óptico-optometrista está formado en la física de la visión (optometría), en los procesos de percepción del ojo y en sus relaciones con actividades como el aprendizaje, el trabajo, el ocio y el entorno tras la realización de lo que actualmente se conoce como Grado en Óptica y Optometría, que tiene una duración de cuatro años. 

Además, puede determinar el estado del ojo del paciente y el funcionamiento de las partes del sistema visual que realizan una función acomodativa (el “enfoque” de las imágenes), ocular-sensorial-motora y perceptual.

Por otro lado, el óptico-optometrista puede reconocer y tratar aquellas situaciones en las que el paciente necesite entrenamiento o adaptación visual (por ejemplo, en el caso de pacientes con baja visión), procedimientos preventivos para compensar anomalías visuales y puede detectar (aunque no diagnosticar) posibles enfermedades del ojo, que se remitirán al médico oftalmólogo si fuera necesario. 

Por último, también existen ópticos que se encargan de la venta y adaptación de gafas y lentes de contacto y de realizar terapia visual para aquellos pacientes que necesiten un entrenamiento preventivo para compensar anomalías visuales. 

En todo caso, el optometrista no puede diagnosticar una patología, recetar fármacos o instilar (echar en el ojo) ningún tipo de medicamento sin que un médico lo supervise. Y es ahí donde reside una de las principales diferencias con los oftalmólogos. 

¿Cuáles son las funciones de un oftalmólogo? 

Los oftalmólogos, a diferencia de los ópticos, son profesionales graduados en Medicina y Cirugía (cirujanos oftalmólogos) que deben superar una oposición a nivel nacional (Médico Interno Residente o MIR). Esta oposición es la que les da la capacidad de ocupar una plaza como médico en la especialidad de oftalmología. Además, esta formación hospitalaria se desarrolla durante cuatro años, en los que se superan diversas evaluaciones semestrales hasta obtener el título de médico especialista en oftalmología. 

Por lo tanto, a diferencia del óptico, el oftalmólogo es el profesional que diagnostica y da tratamiento a las enfermedades vinculadas con los ojos o alguna de las partes del sistema visual. Por ejemplo, las siguientes: 

• Ojos
• Párpados
• Aparato lagrimal 
• Músculos extraoculares
• Vía óptica hasta el cerebro 

Después, a lo largo de su carrera, pueden formarse en el tratamiento y diagnóstico de enfermedades oculares específicas que sufren los pacientes, como los problemas de retina, el glaucoma, los problemas de córnea u otras patologías oculares.

De este modo, en general, se entiende que tanto el óptico como el oftalmólogo trabajan de forma conjunta como profesionales sanitarios de la visión y del cuidados de los ojos, realizando actividades distintas pero complementarias entre sí. 

¿Debo acudir al óptico o al oftalmólogo?

Muchos pacientes con problemas oculares o preguntas sobre su salud visual dudan sobre si acudir al óptico o al oftalmólogo ya que desconocen las diferencias entre ambos profesionales. En principio, las pautas para acudir a uno u otro son las siguientes:

¿Cuándo acudir al oftalmólogo?

En principio, el médico oftalmólogo puede detectar y tratar cualquier problema visual e, incluso, puede encargarse de la graduación del paciente (aunque es el óptico el que está más especializado en esta materia). 

Así mismo, es recomendable acudir al oftalmólogo para realizar una revisión periódica al menos una vez al año. Especialmente a partir de los 40 años de edad, cuando el envejecimiento del ojo empieza a mostrar sus primeros síntomas.

El médico oftalmólogo es el único profesional que puede recetar fármacos y realizar pruebas específicas para diagnosticar una enfermedad.

¿Cuándo acudir al óptico-optometrista?

El óptico es el profesional médico más indicado para graduar la vista y adaptar gafas y/o lentillas. Además, está capacitado para detectar la mayor parte de las enfermedades visuales y derivar al paciente al oftalmólogo que es quien le tratará empleando medicamentos o realizando algún tipo de intervención quirúrgica.