En el caso del astigmatismo, la luz procedente de los objetos y que entra en el ojo se enfoca en más de un punto de la retina. Esto genera una visión borrosa y distorsionada, tanto de lejos como de cerca, ya que en los ojos emétropes (sin graduación) las imágenes se enfocan en un único punto de la retina.
Dependiendo de la edad del paciente, de su agudeza visual y del tipo de astigmatismo que padezca o de la graduación que presente, puede percibir o no síntomas y estos pueden ser diversos.
Si se sufre alguno o varios de estos síntomas, lo más recomendable será acudir al oftalmólogo para que lleve a cabo una evaluación del paciente que permita identificar si realmente padece o no astigmatismo.
Entre las principales causas que provocan la aparición de este problema refractivo podemos destacar:
Existen varios tipos:
SIMPLE
Afecta a un solo eje.
COMPUESTO
Cuando se presenta asociado a otra patología. Existen dos tipos:
MIXTO
Afecta a varios ejes. Un eje se enfoca delante de la retina y el otro detrás.
El astigmatismo también se puede clasificar como regular o irregular:
El astigmatismo también se puede clasificar en función de la graduación. Hablaremos entonces de:
En prácticamente todos los casos, este problema visual puede operarse.
Afortunadamente, el diagnóstico es muy sencillo y fiable mediante un examen oftalmológico estándar que incluya una prueba de refracción y la revisión del fondo de ojo con las pupilas dilatadas. De esta forma, en la misma prueba es posible determinar su causa, su alcance (se mide en dioptrías) y si existen o no otros problemas visuales asociados
Como se mencionó en la definición de astigmatismo, se trata de un problema de la vista causado por una refracción errónea de los rayos de luz sobre la retina. De este modo, los tratamientos posibles van a consistir en corregir esta desviación, lo que va a conseguir que la imagen que perciba el paciente sea nítida tanto de cerca como de lejos.
El astigmatismo puede ser detectado a través de un examen oftalmológico completo y corregido posteriormente mediante:
Diferentes tipos de técnicas quirúrgicas:
Todas estas técnicas son seguras, indoloras y eficientes.
Además, el astigmatismo puede ser corregido a la vez que se eliminan otros problemas refractivos, como la miopía, la hipermetropía o la presbicia. Debe ser el oftalmólogo el que, una vez valorado el caso concreto de cada paciente a través de las pruebas preoperatorias, indique qué tipo de operación para corregir el astigmatismo es la más adecuada.
El astigmatismo afecta al 26% de los españoles.
El astigmatismo es el único problema refractivo que padecen las personas menores de 45 años que puede aparecer junto a otro problema de la refracción: miopía (astigmatismo miópico) o hipermetropía (astigmatismo hipermetrópico).
La técnica Lasik es la más extendida dentro de la cirugía refractiva láser para corregir problemas refractivos como el astigmatismo. También se puede corregir con las técnicas de superficie (PRK/Lasek).
No se puede prevenir, pero es necesario diagnosticarlo y corregirlo a tiempo para evitar que los síntomas que provoca se agraven.
Con los años, el astigmatismo puede variar, ya que la forma del ojo puede cambiar con el crecimiento o, posteriormente, por ejemplo, por un traumatismo. Según cambie el ojo, se pueden producir cambios en la graduación.
A pesar de lo comentado anteriormente, el astigmatismo suele ser el más estable de todos los defectos refractivos (miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia o vista cansada). Si aumenta ligeramente, es frecuente que, a partir de los 20-25 años el número de dioptrías no varíe.
Más del 80% de pacientes miopes e hipermétropes tienen también astigmatismo, por lo que es una situación muy común. Mediante la operación de cirugía refractiva láser se corrigen todos los defectos de la refracción que padezca el paciente.
La cantidad de graduación de astigmatismo que puede eliminarse mediante cirugía láser vendrá determinada, en gran medida, por las características anatómicas que presente el ojo del paciente. En líneas generales, los oftalmólogos señalan que no existe un límite de dioptrías para ser corregidas mediante la cirugía láser para el astigmatismo.
No obstante, siempre será el cirujano (con los datos de las pruebas preoperatorias realizadas en la primera consulta) el que decida si es factible la corrección de todas las dioptrías mediante láser.
Además, hay que tener en cuenta que el doctor puede optar por diferentes procedimientos para corregir las dioptrías de astigmatismo, tanto de cirugía corneal con láser Excímer (Lasik o Técnicas de Superficie PRK/Lasek), como de cirugía intraocular para el implante de lentes intraoculares, sean estas del tipo que sean.
Un astigmatismo de 2 dioptrías puede operarse en la gran mayoría de los casos. Esta graduación provoca un importante déficit en la agudeza visual, que se intensifica si, como es habitual, el astigmatismo se asocia también a un problema de miopía o hipermetropía.
Los oftalmólogos calculan la graduación del astigmatismo con diferentes métodos. Uno de ellos es un test llamado retinoscopía, que consiste en proyectar un haz de luz que se mueve de manera vertical y horizontal en el ojo. El examinador observa el movimiento del reflejo de la retina y va situando lentes delante del ojo hasta que el movimiento del reflejo se neutraliza.
Actualmente, este proceso ya no se realiza de manera manual, sino que se lleva a cabo mediante el uso de dispositivos que realizan la medición de forma automática, lo que se traduce en un diagnóstico mucho más concreto y acertado, puesto que se elimina la parte subjetiva propia de los tests manuales tradicionales.
El ojo no tiene una forma cien por cien regular, por el contrario, las personas casi siempre sufren algún grado de astigmatismo, aunque muchas veces sea tan pequeño que no llega a afectar a sus actividades del día a día.
Es posible que una persona padezca un astigmatismo leve y no llegue a saberlo, sobre todo en el caso de los pacientes más jóvenes. En el caso de los niños, siempre que los adultos a su cargo (padres o profesores) sospechen de algún síntoma o, simplemente, como medida preventiva, es importante realizarles regularmente exámenes oculares con el fin de asegurarse de que su visión es óptima
Algunos pacientes adultos también pueden tener un astigmatismo leve sin presentar ningún síntoma. Por esta razón, es muy importante realizarse revisiones oftalmológicas periódicas en las que se incluya un fondo de ojo para valorar el estado de la retina y de la parte posterior del ojo. El objetivo de estas revisiones es asegurarse de que no se padecen enfermedades o defectos visuales, especialmente problemas de la refracción, como la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo o la presbicia o vista cansada.
El astigmatismo, como el resto de los defectos refractivos, se mide en dioptrías. Cuando a alguien le diagnostican astigmatismo el especialista, mediante las pruebas adecuadas, le informará de las dioptrías o de la graduación que tiene.
El astigmatismo se corrige mediante unas lentes o lentillas que se denominan lentes tóricas y tienen una forma particular, diferente a las lentillas que se usan para corregir la miopía o la hipermetropía. Estas lentillas están diseñadas para que no se muevan dentro del ojo, ya que, para garantizar una buena visión, deben mantenerse en una determinada posición.
Los médicos desconocen por qué la forma de la córnea varía de una persona a otra. Lo que sí saben es que la probabilidad de tener astigmatismo es hereditaria.
Es bastante habitual que las personas que tienen poca graduación de astigmatismo no usen las gafas tanto como deberían. Los síntomas más frecuentes de un astigmatismo sin corregir son fatiga visual y cefalea, en especial después de leer o de realizar otras tareas en las que se requiera utilizar la visión durante un tiempo prolongado.
Uno de los astigmatismos severos más conocido es el provocado por el queratocono, un tipo de patología que debilita paulatinamente la córnea y que se presenta, tanto en pacientes mayores de 45 años, como en pacientes jóvenes.
En este sentido, en los últimos años se han comenzado a aplicar técnicas como el crosslinking, especialmente en casos en los que el problema es incipiente, así como otras técnicas que se caracterizan por la colocación de anillos intracorneales. Estas técnicas son menos costosas y menos invasivas que el trasplante de córnea tradicional.