Cerclaje ocular: ¿qué es y cuándo es necesario?
El cerclaje ocular es una intervención quirúrgica que busca corregir los efectos del desprendimiento de retina, una anomalía visual que puede ser causada por desgarros, traumatismos, una miopía muy elevada o simplemente por el envejecimiento corporal.
A continuación, te explicamos en qué casos es necesario aplicar este procedimiento quirúrgico y en qué consiste exactamente.
Índice
¿Qué es el cerclaje?
El cerclaje es un procedimiento quirúrgico que se emplea en algunos casos de desprendimiento de retina.
Durante esta cirugía, el especialista coloca una banda o anillo de silicona en la superficie externa del ojo al nivel del desgarro o del desprendimiento de la retina.
Esta banda o anillo empuja o “presiona” la superficie exterior hacia el centro del ojo. Este efecto de presión alivia la fuerza que tira de la retina (tracción), lo que permite que el desgarro retiniano se asiente contra la pared del ojo. El efecto de cierre puede cubrir solo la zona detrás del desprendimiento o puede rodear el globo ocular como un anillo.
¿Para qué sirve?
El cerclaje escleral es eficaz para sujetar el desgarro, el agujero o la ruptura en la retina que haya causado el desprendimiento.
Rara vez es útil por sí solo cuando el desprendimiento ha sido causado por tejido cicatricial que tira de la retina (desprendimiento por tracción).
¿Cómo se realiza el cerclaje escleral?
Aunque suele ser un procedimiento sencillo y cómodo para el paciente, debe realizarse en una sala de operaciones y bajo el efecto de anestesia local o general. En los casos en que el desprendimiento de retina no sea tan complejo, el especialista puede valorar la posibilidad de una cirugía ambulatoria.
La cirugía de cerclaje ocular debe seguir una serie de pasos para lograr que la retina se adhiera nuevamente en su posición habitual:
- Colocación del anillo escleral. El cirujano coloca este artefacto, que en realidad es un pedazo de esponja de silicona, caucho o plástico semiduro, en la capa exterior del ojo. Dicho material se adhiere allí y se deja de forma permanente.
- Presión sobre la esclerótica. A continuación, el anillo escleral que hemos puesto en la fase inmediatamente anterior realiza una presión continua sobre la esclerótica, que, recordemos, es la parte más externa del ojo. Esta presión hará que el desgarro de la retina se asiente y que ésta se adhiera a la pared del ojo. Si es un solo desgarro, el cierre se realizará solo en la zona del desprendimiento; si son varios desgarros, rodeará todo el globo ocular.
Por sí mismo, el cierre esclerótico no suele impedir que el desgarro retiniano vuelva a abrirse. Generalmente se utiliza frío extremo (criopexia) o, con menor frecuencia, calor (diatermia) o luz (fotocoagulación con láser) para cicatrizar la retina y mantenerla en su lugar hasta que se forme un sello entre la retina y la capa debajo de ella. El sello mantiene unidas las capas del ojo y evita que se filtre líquido entre ellas.
- Drenaje y cierre de suturas. Para finalizar, el cirujano realiza un corte en la esclerótica para permitir el drenaje del líquido que se ha acumulado debajo de la retina durante el desprendimiento. Inmediatamente después procede a atar las suturas, de las cuales queda poca evidencia en el postoperatorio.
Cabe señalar que existen cirujanos que optan por realizar un cerclaje ocular temporal, sobre todo en los casos de desprendimientos simples de retina. Sin embargo, lo más habitual es que una vez cicatrice la incisión, el cerclaje quede allí para toda la vida.
¿Cómo es la recuperación?
El tiempo de recuperación suele ser de entre dos y cuatro semanas. Durante este tiempo el paciente puede notar síntomas como:
- Dolor leve.
- Visión borrosa.
- Ojo hinchado, enrojecido o sensible.
Las dos variables que se deben vigilar durante el postoperatorio son las siguientes:
- Recuperación de la visión. La intervención resultará más o menos exitosa en función del estado de la mácula, que es la parte de la retina que nos ayuda a percibir el movimiento y los detalles de todos los objetos que apreciamos a diario. Si la mácula estaba desprendida antes de la cirugía, lo más probable es que la visión no regrese a la normalidad.
- Cicatrización. La cicatrización tras la operación es generalmente exitosa. No obstante, en un 10% de los casos la retina no se adhiere o se desprende en los días posteriores. En estos casos, el especialista debe recurrir a una segunda operación.
Cerclaje ocular: complicaciones en el postoperatorio
El cerclaje ocular es una operación eficaz en el 80% de los casos de desprendimiento de retina, aunque eso no significa que no existan complicaciones en el postoperatorio ni que el paciente deba obviar una serie de cuidados como:
- Uso de colirios antibióticos y antiinflamatorios.
- En algunas ocasiones, el paciente deberá usar un parche sobre el ojo.
Las principales complicaciones que pueden presentarse en el postoperatorio del cerclaje ocular son:
- Sangrado debajo de la retina o en la cavidad del vítreo.
- Aumento de la presión dentro del globo ocular.
- Visión doble temporal o parcial.
Estas son algunas de las señales de alerta que deben hacer que el paciente acuda a un médico de forma urgente:
- Nuevas moscas volantes, destellos de luz o cambios en el campo de visión.
- Disminución de la visión.
- Aumento del dolor.
- Aumento del enrojecimiento.
- Hinchazón alrededor del ojo.
- Cualquier secreción.
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